CARRUSEL: · Justicia para los yaquis… ¿Y para sus víctimas cuándo?
Por Víctor Fausto Silva D.
Escribimos estas líneas previo a la gira de trabajo que este miércoles programó el gobernador Alfonso Durazo en dos comunidades yaquis, pero no necesitamos asistir para adelantar que será de “logros inéditos, extraordinarios e históricos”, como lo marca el grandilocuente discurso del Sonora de todos, no de unos cuantos.
El mandatario estaría a las diez de la mañana en Belén, para conmemorar el primer aniversario del Plan de Justicia Yaqui, para desplazarse luego a Las Guásimas, donde el programa contemplaba “inauguración de obra de infraestructura básica y el desemboque del proyecto estratégico para el desarrollo agrícola, ganadero, acuícola y pesquero para la justicia del pueblo yaqui”.
¡Uuufff!, hasta para bautizar los actos son de generosa retórica.
Haiga sido como haiga sido (diría Felipe Calderón), no se puede ni se debe regatear el mérito de que el gobierno de López Orador -y por añadidura el de Durazo- se haya abocado a atender integralmente las necesidades de la tribu yaqui, los guarijíos, los seris y cualquiera otra, porque su ancestral atraso es vergonzoso.
AMLO y Durazo: No hay reciprocidad… |
Sin embargo, el yori ajeno a ellos esperaría que por lo menos fueran agradecidos con quienes les tienden la mano, y en ese grupo van todos los que de una forma u otra aportan vía impuestos los recursos que se están aplicando en su beneficio. Porque no son fondos que AMLO o Durazo estén sacando de sus bolsillos: es dinero de todos los contribuyentes.
Y ente esos contribuyentes están quienes por el motivo que usted guste y mande tienen que transitar por la carretera internacional, donde los yaquis siguen haciendo de las suyas expoliando a cuanto cristiano cruce por lo que ellos llaman su territorio, so pena de atacarlos (ya se ha visto que incluso a balazos) si no se “mochan” en cuanto retén instalan.
Hace apenas unos días se dio el enésimo caso, sólo que a la inversa, cuando un trailero -seguramente harto del impune atraco- les echó encima su pesado vehículo a quienes por sus pistolas han impuesto la ley de la selva sobre esa vía, sin que autoridad alguna intervenga.
(Perdón: ya se dio el caso de policías municipales de Cajeme, que sí intervinieron…pero para ayudarles a seguir robando. Según el inepto alcalde Javier Lamarque Cano, ya los despidió, pero vaya usted a saber si nomás cambiaron de retén).
El asunto es que mientras López Obrador y Durazo acuden frecuentemente a “darles por el lado” como se dice en el Sonora profundo, los ladinos yaquis mantienen su postura de estirar una mano y garrotear con la otra. Indudablemente, tienen muy dominado el arte de mamar y dar de topes.
Pero si asombra la complaciente manga ancha del gobierno, tampoco se quedan atrás las supuestas explicaciones que dan las autoridades tradicionales cada vez que surgen incidentes violentos en los retenes.
Mire usted la joya que se aventó el pasado 22 de septiembre (periódico Expreso) el secretario de la autoridad tradicional de Tórim, Patricio Varela Martínez:
“Son bloqueos clandestinos que no están autorizados por nadie, sí es gente de la tribu, pero no están autorizados, nosotros batallamos mucho con esa gente para que no estén ahí, son personas que no quieren trabajar y que quieren estar molestando a los usuarios de la carretera”.
Más aún: dice que en varias ocasiones han intentado retirarlos, pero nomás no han podido:
Yaquis: “Puros vagos”…Y malagradecidos |
“Esos que están ahí en Vícam son puros vagos que no han entendido, de alguna o de otra forma vamos a lograr que entiendan para que no se estén poniendo ahí”, precisó, y añadió que el gobierno del estado “tiene pleno conocimiento y es el más interesado que no estén ahí, en coordinación con ellos estamos negociando hasta que lleguemos a un arreglo”.
Preguntaríamos nosotros ¿Qué diablos ganan los automovilistas con eso de que “el gobierno ya tiene pleno conocimiento, si unos y otros siguen haciéndose chombitos?
Fieles a su estilo marrullero, las autoridades tradicionales yaquis pueden pasarse siglos entonando aquél estribillo infantil de “yo no fui, fue Teté”, mientras el gobierno, del estado o el federal, da lo mismo, siguen apapachando y obsequiando todo lo que le piden los yaquis, que sin corresponder por lo menos quitando los bloqueos carreteros, pasan lisa y llanamente como limosneros con garrote y malagradecidos.
Mientras tanto y por reconocimiento propio de una autoridad tradicional, un amenazante puñado de vagos hace y seguirá haciendo lo que les dé la gana…hasta que, Dios guarde la hora, suceda una desgracia, ya entre ellos o ya por la infausta suerte de algún cristiano que no quiera ceder a la extorsión.
Entonces sí, las autoridades saldrán con el sobado y hueco rollo de que “se aplicará la ley hasta sus últimas consecuencias”, en vez de aplicarla desde ahora.
O de plano, como sugirió alguien por ahí, que den permisos para que cualquier pelado que ande ruino coloque retenes de cobro en calles y bulevares de las ciudades.
Porque lo que es parejo no es chipotudo, así se trate de “nuestros hermanos indígenas”, que por lo visto gozan de un estado de excepción para hacer y deshacer.
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