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CARRUSEL “Chayito” Quintero: un caso siquiátrico (I)


Chayito ante los acarreados

“Chayito” Quintero:
un caso siquiátrico (I)
Debemos aceptar - como quizá terminen haciéndolo todos los que han venido observado su desempeño-, que nos quedamos cortos, pues el de la alcaldesa “Chayito” Quintero no es un caso político: es siquiátrico.
Chayito ante los acarreados
Si quedaba alguna sombra de duda sobre eso, ella se encargó de eliminarla con la arenga que pronunció el lunes en las escalinatas del ayuntamiento, en el acto circense que sus testaferros y adoratrices le organizaron con empleados de la comuna, dizque volcados voluntariamente en un apoyo incondicional cuando todo mundo supo que fueron vilmente engañados y acarreados.
Los engatusaron llevándolos supuestamente a un curso del DIF, de donde su titular –hija de la desquiciada alcaldesa- prácticamente los arreó como ganado para protagonizar el “acto masivo” de respaldo que tramó su titiritero Jesús Guadalupe Morales Valenzuela y sus contlapaches a sueldo.
Obviamente, previo a la “espontánea” aparición de Chayito en las escalinatas, hubo ronda de oradores encargados de bañarla de elogios y vituperar bajo el mote de enemigos a todo aquél que se atreve a disentir de su forma de ser y de gobernar.
En su turno y fiel a su estilo, la alcaldesa dejó fluir su típica diarrea verbal, en la que lo mismo se dio contra el suelo buscando la lástima popular, que se alzó por encima de todo y de todos y se autoproclamó casi como la elegida divina para tareas más allá del plano terrenal.
A sus histriónicas quejas acerca de que “quieren desbarrancar al gobierno”, sumó la de ser víctima de “violencia de género” y luego, con la misma facilidad, echó mano de su exacerbado narcisismo para mandar por un tubo a los partidos que la postularon, porque aquí la “marca” es ella, “porque la marca de Chayito Quintero pesa” y porque “¡Vamos a ganar Sonora!”, lo que dejó a más de cuatro con cara de ¿what? por el despropósito y la amenaza que la frase encierra.
¿No ha podido gobernar Navojoa y ya apunta más arriba? Dios ampare a los incautos, porque ella lo dice en serio y lo cree, como se cree a pie juntillas lo que pregona como verdades absolutas, como esa de que es víctima de misoginia y violencia de género, cuando hay regidoras como Ayerim Erro y Berenice Jiménez tupiéndole por su incapacidad y su torpeza.
Regidora Berenice Jiménez: ¿violencia de género?
Por cierto, la segunda de ellas acaba de presentar denuncia ante el Ministerio Público por amenazas de muerte, proferidas por pelafustanes presumiblemente bajo las órdenes de la alcaldesa, en un hamponesco modus operandi que ya parece reglamentario, porque por lo mismo la denunció el ex secretario de Programación del Gasto, Francisco Javier Garcés.
Con todo y eso, tantos desbarres y tanta torpeza no pueden ser productos exclusivos de novatez y soberbia. Son evidentemente síntomas de trastornos y enfermedades mentales que al paso de los meses y con el ejercicio abusivo del poder han ido agravándose en la señora, que ha creado y vive en un mundo paralelo donde sólo ella tiene la razón y la exclusividad sobre el rumbo correcto a seguir.
Su perorata del lunes afuera del ayuntamiento, un compendio de disparates que difundieron ampliamente sus delirantes paniaguados, permite perfectamente encuadrar su conducta como un caso clínico, específicamente por megalomanía, esquizofrenia y paranoia.
Quienes la han escuchado, especialmente en su pieza verborréica del lunes, en la que incluso lamentó haber privado a su natal Empalme de disfrutar su grandeza personal y profesional por haberse trasladado a Navojoa (!!), no nos dejarán mentir: su conducta encaja perfectamente en la descripción de los especialistas en siquiatría.
He aquí la que define la megalomanía y sus síntomas:
“Es un trastorno de la personalidad relacionado con el narcisismo que se caracteriza porque la persona tiene pensamientos de poder, omnipotencia y  de gran superioridad frente a los demás. En griego Megalo significa “grande” y Mania significa “obsesión”.
“Se trata de un patrón rígido de comportamiento que conduce a una búsqueda constante de auto-gratificación, caracterizado por un sentido de grandiosidad y de auto-importancia, con una necesidad insaciable de atención y falta crónica de empatía.
“La  Asociación Americana de Psiquiatría  publicó los criterios en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V)  y una persona con este tipo de trastorno puede mostrar todos o algunos de los rasgos mencionados a continuación:
Sentido exagerado de autoestima
Sentido de superioridad sobre los demás
Auto proclamación de talentos y logros
Egocentrismo
Constante autoadmiración
Explotación y aprovechamiento de los demás para beneficio personal
Sentir envidia de los demás y desear que las otras personas le envidien
Arrogancia y naturaleza agresiva
Incapacidad para empatizar con los demás
“En general, el comportamiento de las personas narcisistas no deja de ser una máscara que ayuda a cubrir sus inseguridades y sentimientos negativos. Esta sensibilidad les lleva a mostrarse agresivos hacia los demás como un mecanismo de defensa.
Al ser tan poco empáticas con los demás, las personas narcisistas y con megalomanía tienden a comportarse de una manera socialmente combativa y provocadora, sobre todo cuando no reciben el nivel de la admiración que sienten que valen. Son difíciles de tratar e interactuar con ellas, tanto a nivel laboral como personal.
“Según afirma el psiquiatra forense y director de la unidad de trastornos peligrosos de la personalidad en Broadmoor, West London, “Las personas con el trastorno son explotadoras y pueden causar malestar significativo a los demás“.
“Las personas con trastorno narcisista de la personalidad se caracterizan por tener sentimientos exagerados de autoimportancia, creen que siempre tienen la razón, y demuestran grandiosidad en sus creencias y en sus comportamientos.
“Estas primeras características del trastorno narcisista corresponden al término de megalomanía, por lo que los narcisistas son megalomaníacos.
“No obstante, las personas con trastorno narcisista también presentan una fuerte necesidad de admiración, carecen de sentimientos hacia los demás, necesitan ser el centro de atención y tienden a aprovecharse de los demás para sus propios fines”.
¿Le suenan los síntomas, estimado lector?

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