Los sueños universitarios

Hermosillo, Sonora a 7 de septiembre del 2023

Por Fernando Moreno Chávez

De niños soñamos con ser doctores, bomberos, policías, enfermeras, abogados, biólogos o ingenieros. Hay muchas profesiones que deben de ser especializadas, ya nada escapa a la universidad.

Cursamos preescolar con los sueños a flor de piel, la primaria con el primer enfrentamiento a la realidad, la secundaria confrontando la adolescencia y la preparatoria disfrutando la libertad. Llega el momento de la Universidad y la independencia. Desgraciadamente nos enfrentamos al monstruo burocrático de la falta de espacios y la segregación de talentos con el pretexto de los exámenes de admisión.

Se rompe la palabra de los políticos, los cuales dicen: todos deben tener las mismas oportunidades. Con la segregación del examen de admisión rompen todas su promesas. Todos los seres humanos son talentosos, pero necesitan oportunidades para mostrarlo.

La Ley 169 de la Universidad de Sonora faculta a los docentes y estudiantes a votar por los coordinadores de facultades, con un máximo de 5 años y sin derecho a reelegirse. Esto es un buen ejercicio comparado con la ley 4 que mantuvo a ciertos personajes por 30 años como coordinadores de facultades.

Sin embargo, las autoridades de la Universidad de Sonora se resisten, a través de sus órganos colegiados intentan imponer a sus favoritos. No respetar la nueva ley 169 de la Universidad de Sonora debe de fincar responsabilidades, pero además demuestra el sentido antidemocrático de su interpretación.

Ante este panorama los estudiantes universitarios se enfrentar con el sistema que nos ha tenido cautivos ante la falta de democracia.

Reflexionemos un poco sobre la función de las universidades en nuestro país. La Universidad debe ser un motor de desarrollo del país, es el lugar donde se prepara a los futuros conductores de empresas, docentes, ingenieros, médicos, enfermeras, biólogos, químicos, abogados, sociólogos, psicólogos y demás profesionistas.

Lo que aprenden los universitarios es el autoritarismo, la falta de democracia y la falta de vinculación de la Universidad con la sociedad y el gobierno, independientemente de la carrera que curse cada cual.

Hace años, formamos un equipo de físicos para dos proyectos de investigación por los cuales hemos obtenido 2 patentes y tenemos otras en proceso:

1. Desarrollamos un gel que puede atender el pie diabético y las quemaduras. En nuestro país hay 12.4 millones de diabéticos, de los cuales hay 25 mil amputaciones por complicaciones diabéticas cada año.

2. Desarrollamos un filtro con zeolitas para atender la contaminación de metales pesados en las minas, así como para reducir el azul de metilo en la industria textil, sin embargo se siguen contaminando ríos y mantos freaticos.

Estos desarrollos están detenidos por falta de inversión y porque el Gobierno Federal prefiere comprar medicamentos fuera del país en lugar de apostar por la ciencia destacada de los universitarios.

Pongo el tema sobre la mesa para mostrar a esa triple elite de desarrollo fallida: Gobierno, Universidad y Empresa están distantes. Los investigadores, con posdoctorado ni siquiera tienen plaza en la Universidad de Sonora. Las empresas quiebran. El gobierno sigue mintiendo.

Los nuevos universitarios viven esta realidad: la falta de democracia de las autoridades universitarias, la falta de sensibilidad y presupuesto para la educación y el desarrollo de parte del gobierno, la quiebra de empresas dedicadas a la innovación.

El gobierno federal llega con nuevos libros para reeducar con un aspecto diferente, eso está bien en algo, pero el mundo real es de tecnologia, de desarrollos, de innovación y eso parece un sacrilegio para las autoridades.

No preguntamos ¿ por qué no progresamos como país? Creo que debemos de empezar a buscar la respuesta entre las ilusiones de un estudiante de preescolar y la realidad de un universitario, el primero lleno de sueños y el segundo lleno de pesadillas.

Hasta la próxima