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CARRUSEL: · “Haiga sido como haiga sido”, fue Claudia · ¿Cuándo regresa Durazo para ponerse a trabajar?


Por Víctor Fausto Silva D.


Dos espíritus chocarreros y siniestros campearon este miércoles en el destape de Claudia Sheinbaum como la corcholata presidencial de Morena: el del PRI marrullero y transero y el de Felipe Calderón, con aquella frase que le re-patea el hígado a López Obrador: “haiga sido como haiga sido”.

Claudia: Contienda
de mujeres


Sólo que aquí el Presidente la aplicará en su beneficio y en el de su ahijada política, porque (con música de viento para Marcelo Ebrard), “haiga sido como haiga sido” ya hubo humo blanco, lo que de paso formaliza el inédito caso de que la presidencia de México sea disputada por dos mujeres, porque en la otra esquina ya tira “jabs” la inesperada Xóchitl Gálvez.

No es que no se supiera y que las demás “corcholatas” se llamaran engañadas sobre la predilección presidencial, pero López Obrador supo trazar una pasarela larga, cansada y hasta enfadosa para maquillar lo que desde hace meses se veía venir como dedazo, para salir con que no fue él, sino el pueblo bueno y sabio el que se encaprichó a favor de Claudia.

En la mañanera de este jueves, al de Macuspana lo traicionó el subconsciente:

“Como yo sostuve DESDE EL PRINCIPIO (las mayúsculas son nuestras, lector); yo apoyo a Claudia Sheinbaum (…) le voy a entregar el bastón de mando hoy por la noche”).

¿Pues no que era imparcial y que todas sus corcholatas eran igual de valiosas y recomendables?

Sorprendentemente, las masas encuestadas captaron al vuelo y supieron interpretar al pie de la letra (claro, antes lo hicieron los gobernadores guindas), sin dudas ni titubeos, lo que a todas luces su pastor de almas llevaba “in pectore”, como se dice cuando el Papa cuando designa a un Cardenal sin hacer público su nombramiento.

Así, el dirigente nacional Mario Delgado y el presidente del Consejo Político de Morena, Alfonso Durazo, salieron a tocar fanfarrias anunciando que la Sheinbaum se había embolsado un kilométrico y rimbombante título, que en realidad se resume en candidatura presidencial, con una ventaja en las encuestas de 10 puntos sobre Marcelo Ebrard Casaubón.

Como lo importante era investir a la favorita presidencial, ya los demás quedaron en calidad de chiruza, con Adán Augusto López y Fernández Noroña diputándose el tercer puesto, y de ahí pa’l real.

Ebrard: Se pandeó y
avaló el garrotazo


Sin embargo, lo que horas antes había sido descrito por López Obrador como un proceso ejemplar y de peluche, estuvo a punto de pasar a los agarrones de greñas, cuando poco antes de conocerse el resultado, Ebrard perdió la figura y les soltó un “sabanazo” a Mario Delgado y a Durazo, tachándolos de cobardes porque le negaron acceso al conteo a su representante y hasta se la jalonearon unos chotas.

Ahí fue donde le digo que apareció el espíritu chocarrero del PRI, porque el ex canciller (y en un descuido ex “carnal”) soltó una ristra de irregularidades, con urnas incompletas, paquetes abiertos, talonarios desprendidos, etcétera, que según él sustentaban su exigencia de que el proceso se repusiera.

No usó el término “cochinero”, pero lo pintó a brochazos cuando dijo que “esto ya no tiene remedio”, porque “cada vez se asemeja más al PRI de antes; ¡qué lamentable”, pero omitió aceptar que con su decisión de llegar hasta la fase final (quizá esperanzado en una milagrosa voltereta), también había extendido su tácito aval para que le formalizaran el garrotazo en la nuca.

Tampoco podía llamarse engañado o “chamaqueado” –como si lo hubieran parido ayer-, porque desde hace meses él mismo había advertido ¡brujo! que el piso no estaba parejo y que la esclerótica “cargada” del PRI había regresado por sus fueros, renovada y reforzada para que “el pueblo” se volcara masiva y voluntariamente (¡mjú!) a favor de la Sheinbaum.

El que se lleva se aguanta, pero Ebrard terminó pandeándose, y después de acusar el arañazo que aquél le tiró, Alfonso Durazo lo mandó por un tubo al señalar que ninguna de las supuestas irregularidades denunciadas modificaba de fondo los resultados.

Luego, y fiel a su estilo, el de Bavispe se deshizo en los calificativos que tanto gustan en la 4T para decir que ellos son de otro mundo, pintando el proceso como “inédito, histórico, de garantías y certeza inusuales” y bla, bla, bla. Una chulada, pues.

Nada más le faltó sellar su encomiástica perorata con el coloquial consejo para Ebrard de “¡a llorar al baño!”.

Durazo: A ver
cuándo vuelve…


Ahora y ya superada la altísima encomienda de maquillar el dedazo, los sonorenses a los que les valen cuete los sainetes partidistas se preguntan con justificada razón cuándo vuelve Durazo al estado para ponerse a trabajar, porque hay temas como el feroz e impune atraco de la CFE en los cobros de luz (que ya dijo lo atenderá ¡hasta el próximo año!), o los levantones y ejecuciones a todo lo que dan, mientras él anda en el jolgorio partidista, apapachando y levantándole la manita a Claudia Sheinbaum.

A menos que ahora decida treparse a la campaña y luego de nuevo al gabinete federal, porque se ve que en el Olimpo del poder se siente a sus anchas, mientras aquí se le incendia el rancho.

¿Y ahora para dónde?


Ya garroteado, por AMLO, por Durazo y por las encuestas, Ebrard se enfrentó a la inevitable pregunta sobre qué rumbo tomará ahora.

Azucena Uresti quiso arrinconarlo en Radio Fórmula, pero el ex canciller no se atrevió a hablar de fraude y dio vueltas donde mismo (“vamos a seguir luchando, a seguir diciendo la verdad”, etc.) y a lo más que llegó fue a decir que decidirá su suerte el próximo lunes cuando se reúna con su equipo…sin cancelar la posibilidad de buscar la presidencia por otra via.

“La posibilidad siempre estará vigente”, dijo, cuando Uresti le refrescó las versiones de que Movimiento Ciudadano lo estaría esperando. Este jueves, amanecimos con otra de sus revelaciones brujísticas:

“Me queda claro que en Morena ya no tenemos espacio”.

Lo cierto, estimado lector, y esto va de nuestra cosecha, es que si el dinosáurico Dante Delgado le tira la liana y lo convence de hacerlo candidato, donde deberán encenderse luces de alerta es en el Frente Amplio por México.


Xóchitl: La disputa
por la clase media


¿Por qué? Pues porque Marcelo difícilmente le haría mella a Morena entre una clase baja que idolatra a López Obrador por sus apoyos sociales –y a la que descaradamente amenazan con quitárselos si no ganan los guindas-, sino que más bien se le ubica como capaz de jalar votos entre la clase media, la misma sobre la cual enfocará también sus baterías el Frente Amplio, con Xóchitl Gálvez a la cabeza.

Así que para Marcelo Ebrard llegó la hora decisiva en su carrera política.

Ya se le cayó lo que fue quizás la oportunidad más cercana que ha tenido de pelear la presidencia con toda la fuerza y el respaldo del partido en el poder, y si brinca a la oposición, de seguro ya le tienen preparada una ofensiva de aquellas para hacerlo garras, echando por delante al barbaján de Fernández Noroña, que con tal de seguir pegado a la ubre estará dispuesto a tirar buñiga para donde le digan y contra quien sea.

Y pensar que Marcelo ganaría la presidencia desde el MC suena a sueño de opio. Más bien terminará haciéndole el caldo gordo y allegándole más posiciones y prebendas a Dante Delgado…y dividiendo el voto de la oposición.

Lo último sería paradójico: que se vaya encabritado de Morena porque le jugaron sucio…para luego hacerle a López Obrador y a Claudia Sheinbaum el mismo trabajo sucio, atomizando el voto de quienes están inconformes con la 4T.

Este lunes veremos para dónde arranca Marcelo. Y si es que arranca, porque quizás fijó mañosamente ese lapso esperando a ver con qué le tiran, aunque a estas alturas y por lo que buscó, lo que le den se verá como plato de tortillas duras.

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