CARRUSEL: · Usuarios de la CFE: Entre el vil atraco y la insensibilidad

Por Víctor Fausto Silva D.

Diga usted si no son fregaderas, estimado lector, las que está cometiendo la Comisión Federal de Electricidad contra los sonorenses, encasquetándoles cobros infames que en muchos casos los ponen en la disyuntiva de pagar la luz o comer.

Y es que de plano, con todo y el subsidio veraniego que tanto cacareó el gobernador Alfonso Durazo (de 700 millones de pesos este año), simple y sencillamente se esfumó.

Durazo: Chistorete

amargo

En palabras del mandatario estatal, que más bien sonaron a chistorete muy amargo, el disparo en los cobros se debe “a que ha hecho mucho calor” (¡!) como si en años anteriores hubiéramos andado enchamarrados o capoteando nevadas en junio o julio.

Ese calorón -según el señor Gobernador- hizo que al afamado subsidio se lo chupara la bruja, lo que en buen castellano significa que de aquí a que termine el verano, habremos de pagar los recibos como si no existiera la ayuda gubernamental.

Sin embargo, lo que Durazo Montaño no dice (y mucho menos Manuel Bartlett o el propio López Obrador, cuya sordera ya se conoce) es que doña CFE nos “recetó” este año un nada módico aumento del ¡7.1! por ciento en las tarifas.

Muy espichaditos, lo deslizaron a la chita callando, como para no evidenciar el discurso demagógico de López Obrador, de que en su sexenio no se incrementarían las tarifas eléctricas. Pero bueno, ya conocemos sus jugaditas: también dijo que el litro de gasolina costaría máximo 10 pesos, y ya va para 30, aunque él se siga llenando la boca al decir que en su gobierno no hay “gasolinazos”.

Entonces, con un incremento de tarifas como ése, Durazo debió prever que ooobviamente el subsidio quedaría en calidad de limosna, y por lo menos pelear –ya conseguir es otra cosa- que el monto de dicho apoyo federal se incrementara en la misma proporción que el aumento.

Pero no: la CFE sacó a rajatabla cobros brutales que en algunos casos llegan hasta el 500 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, mientras la gente se jala una oreja y no se alcanza la otra para hacerle frente al feroz atraco, complicado además porque se empalmó con el retorno a clases, que de por sí viene costando un ojo de la cara para los más amolados, esos que tanto dicen defender AMLO y Durazo.

Y si la explicación del Gobernador sonó a chistorete mal contado, peor resultó su ofrecimiento de que tomaba nota de la inconformidad ciudadana y se abocaría a atenderla ¡el próximo año!, como en el dicho aquél de que “si para mayo son los soles, ¿para qué quiero sombrero?

Cabría preguntarse si tan veloz gestión la hará todavía ante AMLO o ante la corcholata que resulte ganadora de la pasarela pre-dedazo, porque a fin de cuentas eso y nada vendrán siendo lo mismo: el 2024 es año electoral, donde la prioridad será mantener o manotear huesos, no las necesidades de la gente.

Por decir lo menos, la postura de Durazo ante un problema tan grave resulta desafortunada e insensible.

Nacho Peinado: Hace

más gracia

Más gracia está haciendo, por ejemplo, la Unión de Usuarios de Hermosillo, que está recibiendo a cientos de clientes de la infame CFE de perdida para conseguirles prórrogas de pago y que se apiaden de ellos sin cortarles la luz, porque para eso sí le sobra eficiencia a la “empresa de clase mundial”, pero no para evitar los infames apagones que ya se volvieron el pan de cada día.

El dirigente de la Unión, Ignacio Peinado, ya se metió de lleno a encabezar la justificada inconformidad, y está convocando a una manifestación contra la CFE el 9 de septiembre. A ver si no le tupen desde el poder acusándolo de salinista, fifí o conservador y golpista, porque así se las gastan en este sexenio.

(¡Ah, por cierto: López Obrador también había prometido que no habría apagones, pero como le digo, ya conocemos sus jugaditas).

Por cierto y dentro del mismo tema, allá en San Luis Río Colorado, hay una mujer, Marisela Barbosa, que lleva 20 días en huelga de hambre exigiendo tarifas eléctricas justas, y ahora amenaza hasta con dejar de ingerir líquidos porque de plano, nadie la ha “pelado”.

Marisela Barbosa:

Clama en el desierto

Ella cuenta que la única persona que la contactó es el diputado federal Manuel de Jesús Baldenebro Arredondo, sólo para salirle con que no pela un chango a nalgadas, pues admitió “que no tenía contacto con el gobernador Alfonso Durazo ni con el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador”.

Seguramente a doña Marisela le cayó como baldazo de agua helada el anuncio del Gobernador, de atender el problema hasta el próximo año. Y si así de prioritaria resulta la atención a las quejas de miles de sonorenses, ¿cuándo la atenderán a ella si está, como dicen en los pueblos, “sola y su alma” clamando en el desierto?

A la mejor lo que les falta a doña Marisela y a tantos sonorenses atracados por la CFE es declararse tabasqueños, para pasar al estatus de mexicanos de primera y conseguir la condonación de adeudos, como lo hizo López Obrador el 2021 perdonándoles a sus paisanos una trácala por la friolera de 13 mil millones de pesos.

Pero además, les extendió a todo el año el subsidio a la tarifa, porque los pobres tabasqueños sufren infernales temperaturas de hasta ¡33 grados!, cuando aquí ya parece carne asada colectiva achicharrándonos con casi 50.

El adeudo venía arrastrándose desde 1995, precisamente porque López Obrador había convocado a una huelga de pagos en una de sus tantas luchas como opositor.

Ya instalado en palacio nacional, con la manita en la cintura ordenó condonar el adeudo…con recursos que seguramente salieron del “lomo” de otros consumidores como los de Sonora, a los que hasta por deber 50 míseros pesos les cortan la luz de un hachazo.

Así las cosas, estimado lector, entre los atracos y la insensibilidad y/o negligencia para frenarlos.

Le digo, pues: “si para mayo son los soles, ¿para qué quiero sombrero?”