CARRUSEL: · Para coraje de AMLO, Xóchitl va, con la “cargada” del PRI

Por Víctor Fausto Silva D.

Este arroz ya se coció: Xóchitl Gálvez amarró la candidatura presidencial del Frente Amplio por México, y por una diferencia bastante considerable sobre la priista Beatriz Paredes Rangel.

El Frente dio a conocer este miércoles que en la segunda encuesta, Gálvez obtuvo 57.58 por ciento de apoyo contra 42.42 por ciento de la priista. Por la tarde y sin decirle agua va, la bajaron de la contienda, con un PRI a la antigüita: diestro para la “cargada”.

Xóchitl: ya amarró…

La diferencia era mucha, pues, como para esperar sorpresas de última hora, y aunque al proceso todavía le faltaba la consulta abierta del 3 de septiembre, pasó a ser innecesaria: la dirigencia del PRI en pleno admitió el revés y abrazó a Xóchitl Gálvez como candidata única.

A nombre de los 32 comités directivos estatales, Alejandro “Alito” Moreno calificó la ventaja de la senadora hidalguense como “amplia y consolidada”.

Y como en el corrido del moro de Cumpas, aquí se acabaron dudas, aunque hasta antes de la encuesta, Paredes Rangel había rechazado declinar. Los números terminaron por decirle que se fuera a casa.

Para preocupación del presidente López Obrador, y aunque hizo mofa de ella, Xóchitl será candidata. Y buena parte del mérito de que haya llegado es suyo, desde que le dio el portazo en el palacio nacional negándole el derecho de réplica ante uno de sus tantos ataques; desde que se encarnizó contra ella, incluso llamándola “tamalera”, velada y despectivamente.

Ahora López Obrador seguramente dirá que su vaticinio se cumplió, que ella era de antemano la elegida de la oligarquía, de los conservadores, etc., etc., pero no puede eludir que prácticamente de la nada y en cuestión de semanas, le surgió una contendiente carismática, entrona y competitiva.

Y que él mismo ayudó a catapultarla con sus ataques, olvidando que la gente se inclina siempre por el más débil, por el más indefenso, en especial si enfrenta a un poder tan desmedido como el presidencial.

Olvidó su propia lección, cuando Vicente Fox promovió su desafuero como Jefe de Gobierno y terminó por hacerlo crecer. Porque la gente lo vio como víctima de un abusador, de un Presidente altanero que buscó aplastarlo.

Hoy el Presidente es él. Y se le está viendo exactamente como a Fox, como el abusador, el altanero capaz de “bulear” incluso a las mujeres, el que deja de lado la investidura presidencial para asumir poses de peleador de callejón con tal de aplastar a sus adversarios.

Seguramente López Obrador tragará bilis, pero en la mañanera presumirá de ser el gurú del “se los dije”, del “yo ya sabía”, aunque por dentro crezca su incertidumbre respecto a si su corcholata Claudia Sheinbaum será capaz de enfrentar con éxito al fenómeno Xóchitl.

Beatriz Paredes:

Le quitaron el piso

Por lo pronto, en el acto donde se hizo el anuncio sobre la candidatura de unidad, destacaron la emotividad de Xóchitl Gálvez como si ya hubiera ganado la Presidencia, y la ausencia de Beatriz Paredes, a quien de un jalón le movieron el piso y le retiraron el supuesto respaldo de la estructura tricolor.

La dejaron chiflando en la loma, pues.

El PRI y sus miserias…

En realidad, lo que evitó “Alito” Moreno es que al PRI “le levantaran las faldillas” como se dice coloquialmente, porque a la hora de la verdad la afamada “estructura” hubiera dado visos de que si no está cadáver, para allá va, por la falta de liderazgos genuinos, la estampida de militantes y por la ruina que arrastra el tricolor desde que le arrebataron la infinidad de posiciones políticas que antaño ocupó.

“Alito”: Blofeó hasta

donde pudo

Como jugador de póker, el PRI estuvo “blofeando” en el Frente Amplio. Traía de mano par de “2”, pero hacía ruido como si fueran ases.

Para ello, alentaba la percepción de que, por su estructura y experiencia en procesos electorales de este tipo, podría dar la sorpresa y la voltereta a los números que desde hace buen rato catapultaban a Xóchitl Gálvez hacia la delantera.

Sin embargo, cuando la hidalguense precisó que le había allegado al Frente Amplio el respaldo de un millón “y pico” de potenciales votantes, la valoración cambió, porque lo hizo en cortísimo tiempo y prácticamente sola o con puros voluntarios, sin la maquinaria que tanto presumía el PRI.

Y es que la caída del tricolor ha sido estruendosa, no sólo por las palizas recibidas en cuanta elección se atraviesa, sino porque derivado de ello perdió prerrogativas y las arcas de donde manaban recursos a raudales, que le permitían mantener aceitada la estructura y obviamente, a la militancia que se fajaba para sostenerla desde los comités seccionales de barrio.

La estampida ha sido grave. A nivel nacional y según datos oficiales del INE, el PRI reportaba en el 2020 un padrón de 2 millones 65 mil 161 militantes activos, que para el 2023 se desplomaron a un millón 411 mil 889.

Ahora -de ser ciertos los números divulgados- esa misma cantidad de potenciales votantes es la que le arrimó sola Xóchitl Gálvez al Frente Amplio. Aún saliendo a votar todo el padrón priista por Beatriz Paredes, le hubieran quedado a deber. Por eso le digo lo del “levantón de faldillas” que temían en el PRI.

Volviendo a los padrones, en contraparte y en el mismo periodo 2020-2023, Morena disparó su membresía de 466 mil 931 a 2 millones 323 mil militantes. Dejándole a Bulmaro Pacheco las explicaciones filosóficas y científicas, es permitido deducir –si usted quiere en forma simplona- que la gente se va siempre con los ganadores…y los políticos con quien les conviene o donde olfatean que pueden seguir succionando la ubre sin pandearse el lomo.

Por eso hay tanto ex tricolor ahora disfrazado de guinda, pero esa es harina de otro costal.

Las cuentas de Díaz Brown

El asunto es que la tropa priista se ha visto seriamente diezmada y no se ve cómo ni por dónde podrán reflotar la lancha agujerada que antes fue un acorazado.

Y si a nivel nacional los números están para llorar, en Sonora la dirigencia que encabeza Rogelio Díaz Brown tampoco hace malos quesos.

Díaz Brown: Sin
revolucionarios

En febrero y bajo el eslogan de “Se buscan revolucionarios”, el PRI se sumó a la campaña nacional de afiliación, buscando elevar el número de afiliados a 30 mil, porque actualmente el tricolor apenas tiene en su padrón a 8 mil 228.

Como para llorar, de plano, considerando que (según la propia dirigencia) llegaron a contar hasta con 70 mil.

Suponiendo que todos los priistas se volcaran a votar por unanimidad, ¿esos raquíticos 8 mil 228 votos le ofrecían en Sonora a Beatriz Paredes?

Claro, hablar de 70 mil militantes era hablar de épocas de vacas gordas, no las actuales de penurias, donde según se ve los priistas de convicción y los realmente “revolucionarios” pasaron a ser especies en peligro de extinción. Es como en el viejo dicho: “cuando la necesidad entra por la puerta, el amor sale por la ventana”.

Eran también las épocas en que estaban al alcance del partido muchas cajas registradoras, porque si bien llegaron a perder la presidencia de la república en dos ocasiones ante el PAN, todavía les quedaban las gubernaturas…hasta que Morena les pegó una arrastrada de aquellas y entonces los priistas se dieron cuenta de que no les estaban dejando ni para los chicles.

Hoy, más allá de la anunciada campaña de resurrección lanzada por Rogelio Díaz Brown, sigue sin conocérsele a éste una chamba que efectivamente oxigene al PRI. Por el contrario y como nunca antes en su historia, hasta sin diputados locales se quedó.

En tanto y como piedras en el zapato del cajemense, los que siguen sacando trabajo de campo son los considerados rebeldes, Zaira Fernández y Pascual Soto, que cuando no están en una colonia están en otra, haciendo eventos o llevando servicios, mientras en el edificio del PRI estatal no se paran ni las moscas.

Beltrones:
¿A poco sí?

Dicen los que le entienden a la grilla interna del tricolor, que para mantener la franquicia del cascarón, le entraron al quite Manlio Fabio Beltrones apuntalando a Díaz Brown y su compadre Ricardo Mazón financiando a los rebeldes, de tal manera que así agarran las dos puntas de la madeja. ¿A poco serán así de macabros?

Total, el asunto es que doña Beatriz traía el santo de espaldas, porque seguramente Sonora no era un caso de excepción en cuanto a la ruina.

Ninguna estructura se mueve sin dinero, así que si estaban dejando la elección en manos de los mandos estatales, a buen árbol se arrimaban, porque por lo menos aquí en Sonora, los dirigentes no traen dinero ni para hacer bailar a un fariseo.

Con eso de la afamada maquinaria y de la experiencia en procesos electorales, el PRI estaba tratando de asustar con el petate del muerto, estirando la liga hasta donde se pudiera, seguramente para negociar lo más que pudieran sacarle al Frente Amplio.

Vaya usted a saber cuánto consiguieron, pero quizás para no exhibir sus miserias, “Alito” y los dirigentes estatales decidieron terminar de tajo con el proceso y mandar a doña Beatriz Paredes a su casa.

(A menos que regrese aceptándoles algún hueso menor, porque la coordinación general de campaña ya se la había asignado Xóchitl a Santiago Creel).

Por lo pronto, hubo humo blanco en el Frente Amplio, con una futura candidata cuyo jalón ha sido innegable, así como la rapidez con la que escaló en las preferencias, al grado de obtener un muy respetable porcentaje incluso comparándola frente a Claudia Sheinbaum.

Por debajo todavía, pero en un nivel muy competitivo, considerando el tiempo que la ex jefa de gobierno lleva en precampaña, presumiendo siempre la delantera frente a cualquiera.

Que sea capaz de derrotar a López Obrador y a su hechura política Claudia Sheinbaum, es otra cosa, pero de que le pondrá sabor a un caldo que lucía demasiado soso, se lo pondrá.