CARRUSEL: · Acelerados en Etchojoa: Que los compre el que no los conozca…

Por Víctor Fausto Silva D.

Le digo estimado lector, que no tardaremos en ver más candidatos que votantes. Saltarán como sapos en tiempo de aguas.

Desde Etchojoa nos reportan que ya empezaron a buscar espacios en el tablero político varios personajes, con tan mala suerte para los etchojoenses que todos despiden el tufo propio de los cartuchos quemados.

Ya están llevando a cabo cuchupos, y aunque todavía no se sabe quién ilumina, empuja o asesora a quién, le dan vuelo a la tenebra, según ellos tejiendo fino y por adelantado con la mira puesta en abanderar a Morena, mínimo en la búsqueda de la presidencia municipal o la diputación local.

Conciliábulo: Tufo a

cartucho quemado

En uno de esos conciliábulos pontificaron -entre otros- José Félix Gómez Anduro, su mamá Gracia Anduro, Sayra Borboa Anguamea y Jesús Guadalupe Morales Valenzuela, lo cual no tendría nada de raro de no ser porque, a cual más o a cual menos, han venido dejando constancia de un desaseado y muy cuestionado desempeño en el quehacer público.

Si se los pidieran como currículum, se darían el quién vive entre ellos, porque mire usted:

Desde su arribo al cargo como Rector de la Universidad Tecnológica de Etchojoa, José Félix Gómez Anduro enrareció y volvió insano el ambiente laboral en dicha institución, donde intentó pasar a cuchillo a personal de reconocida antigüedad, para convertir a la UTE en agencia de colocaciones. De incondicionales, claro.

En la pretendida purga arrasó parejo, hasta que los trabajadores le descubrieron y evidenciaron su jugarreta: se trataba de debilitar (si no es que desaparecer) al sindicato que ostenta legítimamente la titularidad del contrato colectivo de trabajo, para pasárselo en charola de plata a una facción liderada ¡por un compadre!

¿Nadie le dijo o nunca escuchó a López Obrador decir que en este sexenio se acabaron “lacras de la política”, como el amiguismo y el compadrazgo?

El caso es que al señor le valió gorro y mantuvo su embestida contra los trabajadores, hasta que éstos se le pararon en los dedos gordos de los pies y terminaron por paralizar la Universidad, en demanda de que sus derechos fueran respetados, hasta que en el palacio de gobierno en Hermosillo se hartaron de su actuación prepotente y le marcaron el alto.

El saldo del zipizape atizado desde Rectoría fue nefasto para Gómez Anduro, pues no sólo tuvo que reinstalar a los despedidos, sino abortar el hamponesco respaldo hacia su compadre.

Más recientemente, cuando se suponía que después de ese escándalo ya volaba por debajo del radar para no ser detectado, el señor Rector incurrió en lo que a todas luces fue un desvío de recursos (materiales y humanos) en un acarreo de gente en camiones de la UTE para un evento encabezado por la titular del DIF Sonora, Lorenia Valles.

No hubo más ruido al respecto, pero el tache ahí quedó: al señor le gusta el futurismo político y no duda en echar mano de los recursos a su alcance, así sea con bienes públicos e incurriendo en responsabilidades administrativas y en un descuido hasta penales, por el uso indebido de los mismos.

Gómez Anduro no parece haber aprendido la lección ni del jalón de orejas que en su momento le dieron desde Hermosillo, pues ahora charolea con el cuento de que está bien apalancado con el nuevo Secretario de Gobierno Adolfo Salazar Razo.

Con esa supuesta bendición navega y obviamente, busca hacerla extensiva a su nuevo grupo de notables.

De doña Gracia Anduro, quien ya hasta se placeaba como Santoclós por Etchojoa y sus comunidades, no habría mucho que agregar al hecho de que fue cesada por el propio gobernador Durazo cuando se puso al descubierto la corrupción en el Cecytes, que ella dirigía a nivel estatal.

En su momento, no faltó quien intentara dejarla a salvo argumentando que nunca detectó el manoteo del llamado “Librogate”, sólo que su firma aparecía en la autorización de contratos notoriamente inflados y hasta ahí le llegó el corrido. Tache, pues.

En cuanto a Sayra Borboa, actual síndico procurador del ayuntamiento de Etchojoa, si bien no se le conocen escándalos de ese calibre, hay quienes le echan en cara que, habiendo llegado de la mano del alcalde Jesús Tadeo Mendívil, le ha servido a éste y al ayuntamiento lo equivalente a una piedra en el zapato, amén de la extrañeza que genera entre los morenistas su participación en un grupo tan impresentable de cartuchos quemados.

Ella sabrá. A la mejor ya la convencieron de que con tan ilustres asesores puede llegar a la alcaldía.

¿Y qué decir de Jesús Guadalupe Morales Valenzuela, poeta de cabecera -achichincle y lambiscón, pues- de la ex alcaldesa de Navojoa, Rosario Quintero Borbón, ambos con acusaciones pendientes ante la Fiscalía Anticorrupción del Estado?

El escribano presume ser originario de Chucarit, Etchojoa, donde ya fue presidente municipal (1997-2000), pero cuando doña Chayo lo propuso para Secretario del Ayuntamiento, tiró sus orgullosas raíces y se sacó de la manga otro domicilio en Navojoa, con tal de ocupar el cargo.

Ahí dejó honda huella, pero no precisamente por sus habilidades de operador político, sino como ave de tempestades. Manipulador y dado a las intrigas y a la cizaña, no pocas veces provocó que algunas sesiones de Cabildo terminaran casi en zipizape de palenque.

Morales Valenzuela cerró el trienio como Jefe de Oficina de la impresentable alcaldesa, donde con más tiempo y calma – sin dejar de meter mano en la grilla interna- se dio a la tarea de tocar la lira y darle vuelo a su prolífica pluma, generando poemas y alabanzas para la alcaldesa (ya las quisiera hoy Claudia Sheinbaum), dignas de una enciclopedia.

¿Qué busca ahora el poeta?

Indudablemente, lo primero será treparse en Morena, y de ahí, endulzarle el oído a alguien para que lo ayuden a manotear otra liana y prenderse de nuevo de la siempre generosa ubre gubernamental.

En esas andan los acelerados de Etchojoa, pero con esos antecedentes, como dicen los viejos de pueblo: que los compre el que no los conozca…