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CARRUSEL: El Delfín de Peña Nieto se hunde





+ Con el país de cabeza y el tiempo en contra, Peña Nieto intenta reflotar a José Antonio Meade, que no sale del sótano de las preferencias electorales + La Gobernadora cumplió con el protocolo como anfitriona: quizá por eso no le reclamó que le tiró al suelo la bandera anticorrupción + Las precampañas, un verdadero desperdicio: no pasaron de ataques, ocurrencias y desbarres de los contendientes + En Huatabampo, Juan José Lam y Rafael Orduño buscan lucrar con los restos del PRD, ofreciendo servicios de mercenarios al “Chavalo” Díaz + En Navojoa, Teresita Yescas refrenda ante Cabildo el eficiente manejo de las finanzas municipales

Por Víctor Fausto Silva Durán 

El pasado lunes estuvo en Nogales el presidente Enrique Peña Nieto para la entrega de una obra que, justo es reconocerlo, será señera de su gobierno: el Hospital General de Zona número 5, que con un costo de casi 900 millones de pesos vendrá a mejorar la atención médica para 236 mil derechohabientes de la región.

Uno pensaría cándidamente que fue una más de las giras presidenciales -quizá la penúltima, porque se comprometió a entregar la 4 carriles totalmente terminada- de no ser porque se da en el contexto de una sucesión presidencial que para el PRI luce más que complicada, percepción popular que el propio mandatario se encarga de validar porque no desaprovecha actos para echarle a su gobierno baldazos de elogio, con las subliminales advertencias de que “ahí viene el coco” (o el loco) y hay que seguir votando por su partido, o de lo contrario al país se lo tragará mínimo un hoyo negro.

Desde Nogales, casi suplicó “que se asimilen los logros y podamos desterrar lo que algunos llaman este irracional enojo social”, y solo le faltó pedir a la gente que le aplauda de rodillas.

Por supuesto, en el moderno patíbulo de las redes sociales, los internautas le tupieron duro y tupido a su calificativo de “irracional enojo social”, recordándole las criminales alzas en gasolina, gas y en consecuencia todos los básicos, que no dan motivos precisamente como para reír a carcajadas, con el “moño” de que el país ocupa los primeros lugares en corrupción, impunidad e inseguridad, con balaceras, ejecuciones y fosas clandestinas por doquier.

Lo mínimo y más decente que le dijeron, fue que si alguien está fuera de la realidad es él, metido en una cápsula de autoelogios, que seguramente habrán de intensificarse luego de las instrucciones giradas el mismo lunes a los miembros de su gabinete para convertirlos en parvada de jilgueros, en un último jalón para a ver si así reflotan a José Antonio Meade, que nomás no sale del sótano en cuanto a preferencias electorales.
Pero ese es otro cantar que vemos más abajo, amable lector.

Peña Nieto, con Meade: el delfín impuesto no funciona

En el caso de los nogalenses, seguramente le pondrán estrellita a Peña Nieto por el nuevo hospital, pero con el corchete del “¡ya era hora!” rebasado como estaba el anterior desde hace añales, pero es de dudarse que  a estas alturas obras de ese calibre borren de un plumazo “el irracional enojo social” del que se queja el Presidente, porque la galopante inflación y los grandes males que tan bien identifica la población, no se curan con aspirinas.

Para efectos político-electorales, ni siquiera la entrega de la remozada cuatro carriles serviría –así fuera revestida de oro- para cosechar aplausos electorales, simplemente porque será terminada a finales de año, cuando la polvareda ya se habrá disipado.

Encima, los sonorenses y cuantos transitan por ella diremos casi lo mismo que los nogalenses por su hospital: ya era hora, después de tantos años de la millonaria bolseada que nos ha asestado Capufe desde tiempos de Félix Valdés, una dependencia muy eficaz para cobrar pero pésima para siquiera remendarla decentemente.

No pocos sonorenses pensamos que la visita presidencial podría haber sido mejor aprovechada -especialmente por la gobernadora Claudia Pavlovich-, sí para darle las gracias a Peña Nieto y no pecar de ingratos, pero también para reclamarle la forma en que las instancias federales fueron dejándola sola y echándole al suelo la bandera con la cual llegó: la de barrer a fondo y castigar la corrupción de su antecesor Guillermo Padrés, ahora a un tris de salir de la cárcel tan ufano como cuando tomó posesión.

¡Qué lejos se ven aquellas ruedas de prensa donde los más prominentes miembros del flamante gabinete dieron santo y seña de tanta trapacería! ¡Qué lejos quedaron las esperanzas y los anuncios de que la nueva Fiscalía Anticorrupción venía con toda la fuerza legal y con expedientes bien armados en pinza con la Contraloría Estatal, para que ninguno de los bandidos se fuera vivo, y es más, que devolvieran lo manoteado!

El pez mayor está a punto de salir de prisión con sonrisa de oreja a oreja, porque un juez federal determinó que la PGR nomás no peló un chango a nalgadas para fundamentar sus acusaciones, y para redondear el sospechoso ridículo, ni siquiera apeló el garrotazo judicial.

Entonces, dice uno, ¿para qué tanta faramalla, pregonando que desde el cuico de la esquina hasta la Interpol lo buscaban día y noche por cielo, mar y tierra?
En su momento, la Gobernadora reclamó, incluso vía desplegado en periódicos, la pachorrez de la entonces Procuradora General Arely Gómez respecto al seguimiento del caso, y ésta escurrió el bulto con argumentos legaloides.

No pasó mucho tiempo para que el asunto adquiriera el ya tradicional tufo de la impunidad… si no es que de las concertacesiones entre quienes se “pelotean” el poder, especialmente desde que apareció en escena el despacho defensor del barbón Diego Fernández de Cevallos, que en ese terreno se las sabe de todas-todas.

Qué pena, amable lector. En cambio, ahora que vino Peña Nieto, la Gobernadora dijo que la historia lo juzgará bien “por todas las reformas y acciones a favor del pueblo de México”.
En un sexenio que ya agoniza con tan malas cuentas, con la gente vomitando de tanto “irracional enojo social” atragantado, creo que me equivoqué en parte de lo señalado más arriba: las instrucciones de aplaudir para la causa rebasan el mero círculo del gabinete.

Desfiguros a la carta

Decíamos líneas arriba que el destino de José Antonio Meade y por ende de su padrastro el PRI parece sellado, porque no sale del tercer lugar en cuanta encuesta se publica, lo cual ya es mucho decir,  sabiendo cómo se las gasta el régimen a la hora de inflar candidatos y sacarse de la manga el afamado “empate técnico”, como preludio para convencer a los votantes de que ni se alboroten dando la contra porque ya merito se embolsan todas las canicas.

Al cierre de las precampañas, un promedio general de todos los sondeos pone al Peje López Obrador arriba con 38 por ciento de las preferencias,  seguido por Ricardo Anaya con 27 y Meade como los Tomateros de Culiacán en la pasada serie del Caribe, en el sótano con apenas el 22 por ciento.

El Peje: quiere traer a más corruptos

Ya se sabe que en esto nada está escrito, pero se ve pelón el cochi que a Manuelovich lo tumben del macho en tan corto tiempo –a menos que como siempre, se vaya de la lengua y él mismo se baje-, pero está visto que a los estrategas de Meade y Anaya les sudará la mollera buscando levantarlos.

De por sí, las precampañas fueron un sonoro desperdicio y lo mismo podrían haberse eliminado que hacerse a media noche y en algún matorral a oscuras, porque al final de cuentas sólo sirvieron para tres cosas:

Para tirar dinero, para mostrar la capacidad de acarreo de cada bando y la de sus abanderados para decir ocurrencias, si no es que verdaderas barbaridades.

Ya parece concurso a ver quién dice las peores, aunque a últimas fechas se llevaron las palmas El Peje López Obrador y el priista adoptado Meade, éste ayudado por el presidente del PRI, Enrique Ochoa Reza.

Ya se sabe que del Peje puede esperarse cualquier cosa a la hora de ofrecer hasta piedras de la luna, pero lo que no termina uno de explicarse – encima de su anunciada amnistía no sólo para la mafia del poder, sino para los narcos- , es que esté aferrado a traerse desde Canadá al lépero Napoleón Gómez Urrutia, que “peló gallo” precisamente por desfalcar con millones de dólares al sindicato minero.

¿No verá el Peje que aquí ya no caben los rateros, como para traerse a otro, y de grueso calibre? Nada más falta que rebautice a Padrés en las milagrosas aguas de Morena y ya bendecido lo incorpore a sus filas, como ya hizo con Elba Esther Gordillo y su pandilla. O que empiece a pedirle a Trump que como aportación a su “república amorosa”, perdone al “Chapo” Guzmán y nos lo retache, para que ejerza aquí como próspero productor de mota.
No es raro entonces que sectores como la Iglesia y la Coparmex estén tupiéndole a los tres por igual, coincidiendo en que las precampañas se desperdiciaron en simples ocurrencias y ataques personales, cuando el  país demanda posiciones y propuestas serias.

Luego, en alevoso y mañoso golpe para pasarse por el arco del triunfo el silencio de ley previo a la campaña formal, Ricardo Anaya descubre el agua hervida y sale con que ¡lo espía el CISEN!, como si no supiera que trae a los espías totonacas soplándole en la nuca desde que se metió al tentadero.

Ricardo Anaya y el peligrosísimo espía del CISEN: le cuajó la jugada, con ayuda del gobierno 

El video donde encara al tipo que lo sigue es como para soltar la carcajada, porque el peligrosísimo acosador no sólo se presenta muy sonriente, da su nombre y lo saluda de mano y nada más le faltó pedirle una selfie y un autógrafo. Si esos son los espías del CISEN, les urge un curso intensivo con películas de James Bond.

Pero el caso era hacer ruido y tirarse al suelo, y el gobierno federal le engordó el caldo a Anaya saliendo a dar explicaciones, haciendo que cuajara su jugarreta de robar espacios en tiempos de silencio…a menos que ese sea el Plan B de Peña Nieto, al ver que su delfín no levanta.

Por lo que toca al Peje, fiel a su estilo, el supuesto espionaje se le resbaló y hasta lo chacoteó, pero si a esas vamos, los que desperdiciaron la jugarreta fueron los estrategas de Meade: deberían haber ganado el jalón de la pistola quejándose de que el CISEN lo espía desde hace rato, para averiguar ¡por qué se hace pasar por candidato de un partido al que nunca ha pertenecido! Algo así como “usurpación de militancia”, pues, o una figura parecida, con tal de sacar tajada  en el ruidajo.

Pero los priistas se durmieron, quizá aturdidos porque días atrás su dirigente nacional Enrique Ochoa Reza había metido las de Juan Diego hasta las rodillas, cuando en un mítin calificó a los chaqueteros que emigran del PRI a Morena como “prietos que ya no aprietan”, que le generó un automático linchamiento en redes, a tal grado que luego se disculpó aclarando que nunca se refirió al color de piel de la mayoría de los mexicanos, pero el daño ya estaba hecho. 

Enrique Ochoa Reza: no me ayudes, compadre

Aprovechando que muchos ocurrentes comparan a Ochoa Reza con Clavillazo, aquí podría haber aprovechado Meade para decirle al dirigente de su partido-que-no-es-su-partido, al estilo del cómico de guanga vestimenta, “¡Nuuuunca me hagas esoooo, Enriqueeee!
Sin embargo, en vez de eso, Meade lo justificó diciendo que efectivamente había sido un exceso, pero que “en el calor de la arenga pasa eso: uno se excede y es natural”.

Triste caso entonces: bajo esa regla y una  vez que “nuestros” candidatos se trepen a la tribuna, estaremos expuestos a oír una sarta de babosadas sin ton ni son…porque así es “el calor de la arenga”.
¡Qué país éste, amigo lector! ¡Qué país!

 Mercenarios a la vista

Ya comentamos antes que los mazacotes de las alianzas generarían escenarios inéditos y efectivamente, no sólo vinieron a reforzar el “chapulineo” de quienes tiran a la basura supuestas convicciones y lealtades con tal de alcanzar un hueso, sino que también exhiben en el escenario la real condición de quienes pasaban por “demócratas” cuando en realidad son mercenarios de corazón y mercaderes de la política.

Diga usted si no, estimado lector, cuando acá por el Mayo hay quienes están agarrando el esqueleto que quedó del PRD tras su matrimonio con el PAN para beneficiar sus muy personales intereses personales y familiares, como andan haciéndolo el ex diputado Juan José Lam y Rafael Orduño, metiendo ruido y presión para que el candidato de ese ente amorfo a la alcaldía de Huatabampo sea el ex presidente municipal panista Ramón “El Chavalo” Díaz.

El gancho para atizar el acelere es que les queda suficiente capacidad para allegarle miles de votos amarillos… con la salvedad de que para es –qué tontitos- necesitan mínimo 3 millones de pesos, para “aceitar” la maquinaria.

“El Chavalo” Díaz: tentado por mercenarios

Quizá para “El Chavalo” el dinero sería lo de menos –porque lo tiene-, empecinado como está en repetir en la alcaldía, pero además Lam y Orduño hicieron brillar el cobre que los reviste con dos condiciones extra traducidas en regidurías: el primero pidiendo una para un cuñado y el segundo para su esposa.

De plano, quienes van quedándose con los restos del membrete perredista no tienen llenadera y le entraron descaradamente a la rapiña, como para remacharle los últimos clavos al ataúd del partido que en su momento los cobijó y les abrió las puertas del poder.
Ahora, el amasiato PAN-PRD legalizado en alianza produce aberrantes frutos como el de darle al panista-padresista Carlos Rochín Esquer la candidatura a la diputación local, aun y cuando los amarillos están bien enterados de las trapacerías que cometió como alcalde de Etchojoa.

Bien dice el dicho: Dios los hace y solos se juntan. Lástima por los militantes perredistas de cepa, que en su momento hicieron un bastión en buena parte del Mayo.
Ahora de entre sus propias filas surgieron los sepultureros, que todavía quieren bolsear al cadáver.
Qué feo caso…

Las cuentas de Teresita

Mientras, acá en Navojoa, la que se llevó estrellita en la frente en la reunión de Cabildo de este miércoles fue la tesorera municipal Teresita Yescas Enríquez, pues sus números sobre ingresos y gastos del último trimestre del 2017 pasaron sin tentara baranda.

No sólo eso habla de su capacidad y pulcro desempeño al frente de las finanzas municipales, pues además informó a los regidores que se logró reducir deuda contraída por administraciones anteriores y disminuyeron erogaciones en rubros como gastos personales, combustibles, difusión y pago a proveedores.

Teresita Yescas: mujer de resultados

No cabe duda que Yescas Enríquez fue una de las más atinadas designaciones que hizo el alcalde Raúl Silva Vela en su equipo, porque trimestralmente la dama rinde cuentas tan pulcras a los regidores que las avalan sin tache.

Obvia y justamente, ya con un pie en el estribo para buscar la diputación federal por el séptimo distrito, Silva Vela reconoció el valioso trabajo de quien ha sabido hacer rendir un presupuesto que siempre se queda corto para enfrentar tantas necesidades.
Enhorabuena por Teresita Yescas.

Relevo en Álamos

En Álamos, se cumplió el ritual de ley y el Secretario del Ayuntamiento, Víctor Manuel Balderrama Cárdenas, formalizó su salida del cargo para lanzarse a buscar la alcaldía por la alianza PRI-Panal-Verde.

El que le entra al  quite en esa responsabilidad es Juan Andrés Higuera Duarte, quien venía desempeñándose como Oficial Mayor del Ayuntamiento y por ende, hombre de las confianzas del alcalde Axel Omar Salas Hernández.

A Balderrama Cárdenas ahora le espera someterse a la prueba de las urnas con viento a favor, porque los alamenses le reconocen a Salas Hernández que les ha rendido excelentes resultados y por lo tanto posicionó bien la misma marca que ahora respalda a quien buscar relevarlo en el cargo.

Además, no se le ve “sayo” de buen calibre enfrente, así que lleva medio camino pavimentado.

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