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CARRUSEL: · Sin pizca de vergüenza, Taddei atiza cena de negros en Morena


Por Víctor Fausto Silva D.


La inesperada gira del virrey federal Jorge Taddei Bringas por el sur del estado, evidenció varias cosas, entre ellas:

1.- Que se avecina una cena de negros al interior de Morena por manotear puestos el 2024.

2.- Que los pretendientes – reconocidos oficialmente o aprontados- están dispuestos a darse con todo para descalificar a quien se les atraviese.

3.- Que sin pudor alguno siguen echando mano de los vicios que tanto le han satanizado al PRI y que según ellos desterraron: clientelismo electorero a costillas de programas oficiales, cargadas, acarreos, desvío de recursos, golpes bajos y zancadillas entre ellos mismos, entre otras lindezas.

Taddei: Se mordió
la lengua


4.- Que Jorge Taddei perdió toda pizca de vergüenza cuando sale a pregonar que gracias a la Cuarta Transformación, ya se acabaron en el gobierno la corrupción, los compadrazgos, el amiguismo y el nepotismo, siendo que a él nomás le falta meter a la nómina al perro de su familia.

El asalto más reciente a la ubre presupuestal se dio con el nombramiento de su vástago Pablo Daniel Taddei Arreola como Director de Litio Mexicano, una fantasmal empresa donde ya cobra con gigantesco rastrillo, aunque no haya mostrado ni una triste piedra del metal que según López Obrador “nacionalizó”, y que nos vendió como la octava maravilla capaz de sacar a México del subdesarrollo.

El 31 de agosto del 2022, el Presidente anunció casi con fanfarrias lo que a Jorge Taddei Bringas debió sonarle como música celestial:

“Ya se decidió que un joven que está terminando su doctorado en Harvard sobre medio ambiente y energías renovables va a ser director de la empresa”.

En Harvard, una universidad del extranjero, allá donde a decir del propio López Obrador, los gargantones del gobierno y los ricachones mandan a sus hijos “para que aprendan a robar”.

De campanillas, pues, para la familia del virrey. No por nada la gente modificó el eslogan de Telmex para encasquetárselo mordazmente a él. “Todo Sonora es territorio Taddei”.

Pues ahora, y aunque el dirigente estatal de Morena (Heriberto Aguilar) ni siquiera lo mencionó entre los posibles candidatos al Senado, el virrey salió por la libre y se inventó giras “de trabajo” dizque para pregonar por todo el estado “la magna obra” presidencial, y lo hizo debutando en Navojoa.

Los pobres beneficiarios de los programas sociales vivieron ooootra vez una experiencia retro, porque como en los buenos tiempos del PRI fueron acarreados (perdón: ahora se dice movilizados) en camiones y carros oficiales de Bienestar, aportados unos por el equipo del propio Taddei y otros por paniaguados de su bando.

Pero le calcularon mal al pretendido “entusiasmo” (¡mjú!) de la masa beneficiaria o al avasallador “carisma” (¡mjú!) del juglar oficialista, porque ni acarreándolos pudieron llenar el auditorio municipal “Romeo Gómez Aguilar”.

Manchones de
butacas vacías
en el acto


Fueron por demás evidentes los manchones de butacas vacías, a lo cual habría que sumar el desgano y la distracción de quienes mejor se volteaban a platicar con conocidos o se entretenían con el celular, mientras el orador desgranaba un soporífero, enfadoso y monótono rollo, el mismo que repite López Obrador en su mañanera letanía diaria, el mismo que repitieron hasta el cansancio, el mismo de las “corcholatas” y seguramente el mismo que repetirá como organillero Claudia Sheinbaum en campaña.

Sin embargo, algo sacudió la modorra, cuando –supuestamente de improviso- un joven se trepó al escenario y como si fuera mítin propio, se adueñó del micrófono que el virrey le cedió sin cortapisas, para despotricar porque “la 4T le sale debiendo al sur del estado”.

Y agarró monte con un lenguaje cantinflesco censurando que en la 4T “no están todos los que son, ni son todos los que están” y un enredo que al rato nadie entendió, de no ser porque de la nada se le fue a la yugular al alcalde ¡morenista! de Etchojoa, Jesús Tadeo “El Juditas” Mendívil, a quien puso como palo de gallinero y prácticamente acusó hasta de haberle robado las tierras a los campesinos mayos.

Poco le faltó para acusarlo de haber fungido como alcahuete de Hernán Cortez para conchabarse a La Malinche, y mientras todos ponían cara de ¿what?, Taddei le dejaba la cancha libre para un amplísimo desahogo que, además, ¡llevaba por escrito!, como si su presencia hubiera estado debidamente programada y/o palomeada por el virrey.

Hasta que no leyó la última coma, el presunto improvisado quiso arengar a la audiencia con un tibio “¡Viva la Cuarta Transformación, viva Claudia Sheinbaum”, en lo que según él era un cierre de filas, pero ya había embarrado a medio mundo.

Pasada la polvareda de un acto que pretendió ser de autodestape, pero terminó como para arrumbarlo en el cajón de las calenturas electoreras, vino obviamente la soterrada averiguación sobre el origen del desaguisado, y se ubicó al provocador en las filas de doña Gracia Anduro Grijalva, a quien el gobernador Durazo cesó en el Cecytes por corrupción.

“El Juditas”: No se
chupa el dedo



Todavía es hora de que el “Juditas” no dice esta boca es mía (menos sobre la autoría intelectual de su archi rival política), pero entre sus allegados campea la certeza de que no se chupa el dedo sobre la “espontaneidad” de la embestida, y menos sobre la candidez de Jorge Taddei para permitir que lo pusieran “pinto” desde un escenario preparado exclusivamente para él.

Así, lo que alentó el virrey con su acelere fue la percepción sobre los puntos arriba señalados, con el añadido de que no dudará en recurrir al golpeteo con métodos propios de porros, al viejo estilo de su reconocida trayectoria como activista en la Universidad de Sonora.

Claudia Sheinbaum:
Su mensaje,
a la basura



El problema no es que se acelere –a eso tienen derecho todos los que buscarán hueso-, sino que lo haga “calentando” las plazas y confirmando, a ojos de los propios morenistas, que se avecina una cena de negros, muy lejos del mensaje de hermandad y unidad que recita como rosario doña Claudia Sheinbaum.

Y menos es bien visto que Taddei se deshaga en elogios públicos cacareando la pretendida pureza y moralidad del nuevo régimen, cuando él es fiel ejemplo y beneficiario directo de que las prácticas más corruptas siguen tan vigentes como siempre y en beneficio de los mismos: un puñado de gandallas. Antes como antes, ahora como antes.

O sea que lisa y llanamente, el señor no tiene vergüenza.

Y todavía quiere ir por más…

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