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CARRUSEL: · Marcelo Ebrard: el berrinche; AMLO: Corajes entripados, pero disfrazados


Por Víctor Fausto Silva D.


Es cierto que este miércoles, Marcelo Ebrard acaparó cuanto medio de comunicación existe, al descubrir y denunciar que los dados de la sucesión están cargados a favor de Claudia Sheinbaum, pero también era previsible la respuesta que recibiría de quien mece la cuna: aquí no pasa nada, simple y sencillamente “porque no somos iguales”.

El presidente López Obrador se limitó a sacar el catálogo de frases y conceptos que trae enmicado (junto a un mísero billete de 200 pesos y las estampas que lo defienden del chamuco) y aventó un baldazo de agua sobre la polémica que apenas iba agarrando vuelo.

Ebrard: ¿A poco no
veía la cargada?


Contrario a su lenguaje mesurado y diplomático, Marcelo fue duro al acusar que en Morena está dándose un “acarreo monumental” a favor de la Sheinbaum, una guerra sucia en su contra y simulación por parte de quienes llevan las riendas del proceso.

Ladino y calculador como es, López Obrador primero le dio una sobada al señalar que “está en su derecho, es normal y además tiene el derecho de hacerlo”, pero luego se atrincheró en su atalaya moral:

“Hay la instrucción de que no se use al gobierno ni mucho menos al presupuesto para favorecer a nadie (…) no tengo una doble moral o doble discurso, no nos metemos y se acabó el dedazo; es el pueblo el que va a decidir”.

Tampoco es cierto que se le estén metiendo carretadas de dinero a la Sheinbaum, ni desde la Secretaría del Bienestar ni de parte de los gobernadores. Todos son angelitos con alas “y se están portando muy bien”.

También el remate lo trae como sonsonete: “somos distintos, no puedo meterme, no debería meterme en esto, pero ustedes (los periodistas) son los que provocan”.

Y tan-tan sobre Marcelo…lo cual no excluye que en el silencio del palacio nacional, López Obrador no haya tragado bilis ni haya soltado chines y jotas, con jalones de oreja incluidos (Mario Delgado va a terminar como Dumbo si no controla el circo) y posiblemente, hasta haya puesto sobre la mesa la excomunión del “Carnal Marcelo”.

Para nadie es un secreto que López Obrador es un hombre de filias y fobias, un hombre que si algo aborrece es que se le contradiga, y el escandaloso pronunciamiento de Marcelo debe haberle entripado un coraje de aquellos…aunque en el púlpito mañanero luzca la careta de ecuánime, comprensivo y hasta perdonavidas.

AMLO: Seguramente
tragó bilis


El golpe ahí está, y a querer y no, hizo ruido y vino a exhibir que la supuesta contienda entre hermanos puede terminar a puñetazos y bolsazos, porque a contracorriente de lo que sostiene López Obrador de que no son iguales, muestra el inconfundible ADN y el tufo de las viejas prácticas del PRI que ahora tanto detestan.

El tema dio y seguirá dando tela de dónde cortar en el terreno de las especulaciones, pero sólo para meter nuestra cuchara, nos asomaríamos a unas cuantas:

Sheinbaum: En brazos
y con mamila


Con el bagaje a cuestas de tantos años moviendo el bote en la polaca, sería infantil creer que Ebrard se tragó el cuento chino de que entraba a una contienda pareja, cuando a López Obrador sólo le ha faltado tomar en brazos a Claudia Sheinbaum, darle mamila y amenazar con agarrar a nalgadas a quien se meta con la niña de sus ojos.

Tampoco es creíble que apenas se haya dado cuenta de lo que detectaba hasta el más neófito en política: que toooodo el aparato gubernamental estaba volcado en apoyo de la señora, lo cual denuncia al cuarto para las 12, cuando prácticamente ya le pasaron por encima.

En cambio, sería más creíble pensar que ya perdió las esperanzas de que algo extraordinario y sorprendente sucediera para tumbar a la Sheinbaum y tomar la estafeta él.

En ese contexto y sospechosamente en vísperas de que se lancen las cacareadas encuestas de Morena, Ebrard abre fuego en lo que parece un pataleo adelantado, porque ya vio que el oráculo de Macuspana, como es su costumbre, no reculará ni un milímetro, y seguramente “el pueblo bueno y sabio” (¡Mjú!) ya tomó la decisión de que la buena es ella.

Ese etéreo pero poderoso pueblo sólo saldría a confirmar la vieja enseñanza de que “las herencias se dejan a los hijos, no a los hermanos”.

Una cosa era ver el país tapizado de espectaculares y las plazas retacadas de fervientes (y sobre todo voluntarios) admiradores en cuanto lugar pisó la Sheinbaum, y otra es sentir sobre el cuello el inminente mandarriazo de una encuesta contra la cual no habrá defensa, simplemente porque el pueblo es el que manda y no se equivoca.

¡Qué poderoso es el pueblo, verdad de Dios!

¿Implicaría el berrinche de Ebrard que ya todo está dicho y la función llegó a su fin? No necesariamente…

Las uñotas de Dante Delgado


Si el ex canciller se sostiene en sus trece de llamarse atracado (con la candidez propia de quien no conoce el cuento de La Caperucita y el lobo), cobra más vigencia que nunca aquél escenario donde las puertas de Movimiento Ciudadano se le abren de par en par, mientras el dinosáurico zorro Dante Delgado se relame los bigotes por sacarse la lotería con cachito fiado.

Leperazo de mil batallas y maromas, Delgado se ha mantenido a pie firme dilatando la posible incorporación del MC al llamado Frente Amplio por México, de PRI-PAN-PRD, argumentando que su partido tiene con qué ganar solito la presidencial, incluso consigo mismo, a sabiendas de que juntaría más mitoteros un atropellado que él.

Dante Delgado: Con
las uñotas afiladas


Sin embargo, lo que realmente ha estado haciendo es estirar la liga hasta donde se pueda, a la espera de un desgajamiento entre opositores, que le permita tirar un gandallesco tarrayazo para agenciarse un pez gordo, lo que ahora estaría a un tris de lograr si es que Ebrard llega al rompimiento total con Morena.

Claro que nada está escrito ni garantizado para nadie, pero si así se dieran las cosas, una eventual candidatura de Ebrard por el MC debería preocupar más al dichoso Frente Amplio que a Morena.

¿Por qué? Porque es un hecho que Morena se apalancará en la clase baja, en los beneficiarios de los programas sociales para mantenerse en el poder, mientras que la mira de los opositores es “jalar” a la clase media para tratar de dar la sorpresa.

Hasta ahora y salvo que Beatriz Paredes diga otra cosa, sería Xóchitl Gálvez la que recibiría el reto de embolsarse a los clasemedieros…pero es en ese terreno donde precisamente pisa fuerte Marcelo Ebrard.

En un eventual escenario así, “el carnal” terminaría haciéndole la chamba a Morena, al fragmentar el voto entre el MC y el Frente Amplio.

Entonces ganarían López Obrador y su “corcholata”…y por supuesto, Dante Delgado, ya no con la Presidencia, pero sí con una insólita pepena de votos que seguramente catapultaría al MC a posiciones por demás envidiables en el tablero político del país. Por eso, el dinosáurico ex priista anda con las uñotas bien afiladas.

Claro que todo son especulaciones (menos lo de las uñotas)…más las que faltan, porque como decía Yogui Berra: esto no se acaba hasta que se acaba.

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