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CARRUSEL: · Durazo: Y las señales del mánager; los “Pueblos Mágicos”: ¿Y los recursos, apá?


Por Víctor Fausto Silva D.


Este martes, el gobernador Alfonso Durazo soltó una advertencia que debió caer como baldazo de agua fría entre sus colaboradores: dijo que su gobierno no detendrá ninguna investigación que esté llevando a cabo la Fiscalía Anticorrupción, a propósito de la captura de 4 involucrados en un desfalco por 59 millones de pesos en la Secretaría de Salud.

Podría pensarse que el tarrayazo fue contra quienes hicieron de las suyas en el sexenio anterior (el trinquete se dio del 2018 al 2020), de no ser porque Durazo añadió el dato extra de que uno de los imputados se había colado y estaba en funciones en el actual equipo, el mismo que llegó prometiendo honestidad absoluta.

“No vamos a detener absolutamente ningún caso, absolutamente ningún caso, la prueba es que uno de los detenidos forma parte del equipo de trabajo de alguno de mis colaboradores; a donde tope, y ahí sí, más vale que lo entendamos todos”, subrayó.

Durazo: A ver si le
entienden…


Durazo no necesitó dar nombre de la calle ni número de la casa para entender que el mega calambre llegó a donde despacha el doctor José Luis Alomía Zegarra, a quien, así fuera por encimita, le pasó el jalón de orejas:

“Me he opuesto a ese tipo de continuidades, porque si decimos que las cosas se hicieron tan mal entonces, hay responsables y es muy probable que alguno de esos responsables hayan estado obviamente en equipos anteriores”.

Alomía: Le urge una
lupa


Al buen entendedor, pocas palabras, como para que no sólo Alomía sino todos los secretarios, se pongan a revisar con lupa a sus equipos, no vaya a ser que estén durmiendo con el enemigo.

Lo que no deja de sorprender es la lentitud o la pachorrez con las que “cachan” las señales sus subordinados, arriesgándose a ser exhibidos ya no por las autoridades investigadoras (Contraloría o Fiscalía), sino por el mismísimo Durazo, que no ha tenido empacho en admitir casos de corrupción en su propio gobierno.

Habla bien de él que los haya reconocido públicamente, y que también públicamente haya anunciado despidos inmediatos y la sujeción de los involucrados a los procesos de rigor para que sean sancionados, ya sea administrativa o penalmente.

Durazo ya había sentado precedente con el caso del Cecytes, donde mandos de primer nivel le hincaron el diente al presupuesto, inflando criminalmente el costo de los libros de texto, al grado de que terminó rodando la cabeza de la Directora General, Gracia Anduro.

Seguramente ahí sudó frío el titular de Educación, Aarón Grageda, y aunque luego se especuló que la señora había llegado al cargo catapultada por otra instancia, igual le cayó la guillotina…y la quemada, que de paso abolló sus aspiraciones de buscar la presidencia municipal de Etchojoa, presumiendo ser de muchas agarraderas.

Ahora le tocó el calambre al doctor Alomía, al que por cierto ya le urge una lupa marca llorarás y un poderoso mata ratas, porque acá por el sur era un secreto a gritos que la Unidad de Control Sanitario de Huatabampo era una cueva de bandidos dedicados a extorsionar a comerciantes y prestadores de servicios, hasta que por fin, le cortaron la cabeza al jefe de la pandilla, Miquías Alcaraz García.

En una analogía beisbolera, diríamos que algunitos estarían en riesgo de irse a la banca, por no cachar a tiempo, por no entender las señales del mánager o porque quieren puro bateo libre, como si no hubiera manejador.

Para que no haya malos entendidos, Durazo les acaba de enviar otra: “más vale que lo entendamos todos”.

Bien por el Gobernador.

¿Será el puro título?


Ures: ¿Cambiará el
puro letrero?…


Pues sí: suena muy bonito que Ures y San Carlos hayan sido declarados “Pueblos Mágicos”, pero ¿Y los recursos, apá?

Y no es que seamos aguafiestas, pero la cruda realidad de la cacareada austeridad republicana suele dejar en meros nombramientos de relumbrón y buenas intenciones distintivos como éstos.

Es cierto que desde el nacimiento de dicho programa, allá por el 2001, los pueblos elegidos recibían como caída del cielo dicha designación, porque traía aparejada una serie de apoyos y estímulos dirigidos a mejorar la infraestructura, los servicios y la imagen de dichas poblaciones, de tal manera que se convirtieran en un imán para atraer turismo y como consecuencia, detonar la economía de sus regiones.

Sin embargo, dentro de las cirugías que con hacha ha venido practicando el gobierno federal, el 2019 les cerró las llaves en una especie de “rásquense con sus uñas”, porque había que sacar recursos hasta debajo de las piedras para obras indiscutiblemente prioritarias, como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y cuanto se le ocurra al Presidente.

En Sonora ya existían Magdalena de Kino y Álamos como “Pueblos Mágicos”, y no se necesitaría ir muy lejos para averiguar que si acaso les llegan recursos, son a cuenta gotas, porque como sucedió con muchos otros programas.

Engatusaron a los alcaldes prometiéndoles que los recursos saldrían de otras partidas presupuestales… y “anda vete”, como decían los viejos de pueblo. No los volvieron a ver.

AMLO: No tiene
llenadera…


Igual sucedió con el llamado Fondo Minero, creado para beneficiar a los municipios con actividad de ese giro y que en Sonora desparramaba miles de millones de pesos al año…que también se esfumaron, porque de la noche a la mañana, AMLO se los agandalló para un federación que “no tiene llenadera”, usando sus propias palabras.

¿Qué pasará ahora con otros dos “Pueblos Mágicos”, si a los ya existentes no les llegaban fondos ni para adecentar las fachadas de las casas?

La mula no era arisca, la hicieron a palos, y a menos que el gobernador Durazo tenga por ahí un guardadito especial para invertirle a Ures y San Carlos, la distinción quedará solo como membrete, o si acaso, un austero rótulo en sus accesos, anunciando el pomposo y mágico,pero ruino nivel.

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