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CARRUSEL: · Mientras “Mayito” Martínez agonizaba, atacaron los traidores y saqueadores


Por Víctor Fausto Silva D.


A unas horas de que el Cabildo de Navojoa elija sucesor de Mario “Mayito” Martínez (el acuerdo se “planchaba” ese lunes en Hermosillo)-, quien resulte designado no sólo tendrá la encomienda de cerrar un trienio que prometía mucho, sino también de meterle lupa e incluso sancionar la escandalosa intentona de manotear millonarias sumas de las arcas municipales, una vez que los perpetradores tuvieron la certeza de que la vida del alcalde se apagaba irremediablemente.

La inmoral y criminal embestida ocurrió en dos frentes: en el Organismo Operador de Agua (Oomapasn) y en la propia Tesorería Municipal, con el lamentable y vergonzoso sello de que las maniobras de última hora fueron ejecutadas por personajes muy cercanos al “Mayito”, entre ellas ¡su propio hermano! Marcelo Martínez.

En Oomapasn, la jugarreta fue orquestada en colusión con el titular del organismo, Jorge Llamas Angulo, buscando sacar apresuradamente de las cuentas oficiales 6 millones de pesos, presuntamente destinados al pago de obras, pero en la misma prisa se cometieron dos errores garrafales: se ordenaba traspasar el dinero a una cuenta personal y sin factura alguna que sustentara el movimiento.

Lo burdo del intento de saqueo provocó que las encargadas de la contabilidad en Oomapasn pararan las orejas y lo impidieran, en un acto de honestidad y lealtad hacia el alcalde y el Ayuntamiento, que les debe ser reconocido, sobre todo porque se mantuvieron firmes aún sometidas a frenéticas presiones de quienes ya se hacían millonarios a costillas del erario.

Jorge Llamas:
Malagradecido y
traidor


No debió ser fácil aguantar la embestida de su superior jerárquico, el propio Jorge Llamas –malagradecido y traidor contra quien le otorgó su confianza y el puesto-, apalancado además por el hermano del agonizante alcalde, a expensas del cual consiguió generosas ganancias en obras y renta excesiva de maquinaria a precios elevados de la paramunicipal y del ayuntamiento, y a través de una compañía constructora propia o amafiándose con otras, para maquillar el evidente tráfico de influencias en el cual incurría.

Entre esas compañías aparecen “Construcción y Mantenimiento Ávila”, (una de las más fuertes para sacar contratos en Oomapasn) Marcelo Martínez, llevaba tajada mediante la renta de su maquinaria, como la constructora “OTATE SS, S.A. de C.V.”, ésta de Hermosillo, la cual está ejecutando obras también en Huatabampo, específicamente en la rehabilitación de la Avenida 16 de Septiembre.

Ahora se sabe que a Marcelo Martínez le quedó chiquito Irving Escoboza, el hijo incómodo de la exalcaldesa Chayito Quintero, a la hora de hacer negocios a la sombra del poder, porque su modus operandi incluía además arreglos a manera de intercambios, para que no fuera tan obvio el tráfico de influencias: si en Navojoa se le asignaban obras a constructoras de Nogales, allá le correspondían con un gesto igual.

Al mismo estilo de Irving Escoboza, a Marcelo también le gustó Oomapasn –tan desangrado en el trienio anterior- para drenar el presupuesto. El último y abortado atraco por 6 millones de pesos pintaba de cuerpo completo su avaricia, considerando que apenas en diciembre pasado, la paramunicipal le había pedido al ayuntamiento 3 millones de pesos para pagar deudos con la Comisión Federal de Electricidad.

De la prometida devolución de esos recursos a la Tesorería, nunca más volvió a saberse nada. Y aún con ese antecedente de aprietos económicos en Oomapas, pretendían hincarle el diente por 6 millones más…

El segundo “tarrallazo” fue dirigido a la mismísima Tesorería Municipal, pero aquí era ni más ni menos que por 15 millones de pesos, éstos del FAIS (Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social), también dizque para el pago de proveedores y obras, bajo el mismo método que en Oomapas: todo a ritmo frenético, a la carrera y sin sustento contable.

María Teresa Acosta:
Aguantó el vendaval


Aquí intervinieron de nuevo para impedirlo la lealtad y la integridad, en este caso de la Tesorera María Teresa Acosta, que también atrancó las puertas y aguantó el vendaval de presiones y amenazas, encabezadas por el hermano de un alcalde que ya no estaba en condiciones de decidir en asuntos de tal envergadura y gravedad, atentatorios además contra el patrimonio de los navojoenses.

Por la penosa situación del alcalde, porque apestaba a vil saqueo y porque una pandilla de ambiciosos terminarían por ensuciarla como cómplice en un asunto que derivaría hasta en consecuencias penales, la señora sostuvo el cerco.

Para rabia de los atracadores, no soltó ni un peso. Y menos sabiendo -como ya se hizo del dominio público- que según los orquestadores, la jugarreta incluía también echar mano de esos recursos para “maicear” regidores e inclinarlos a votar por quienes ellos sugerirían como relevo del “Mayito”. Se trataba de ir por todo, pues, para seguir con los negocios.

¿Llegó a enterarse el “Mayito” Martínez de tanta traición y bajeza?

Me dicen que sí, porque todavía estaba lúcido cuando ya los Judas andaban desatados haciendo de las suyas.

“Mayito”: se fue triste
y decepcionado


¡Qué difícil y qué terrible debió ser para él enterarse que el intento de saqueo –afortunadamente abortado- era encabezado por su propio hermano, y por otros a los cuales llevó al gobierno depositando en ellos su confianza!

No sería erróneo asegurar que el estrés y la decepción por sentirse traicionado hayan acelerado su deterioro físico, hasta llevarlo a la muerte.

¿Quedará impune tanta bajeza?

Por eso, estimado lector, vuelvo al comentario inicial: lo justo, moral y legalmente, es que el o la sucesora del “Mayito” Martínez investigue lo sucedido, por lo menos para que rueden cabezas de quienes, como Jorge Llamas, no conformes con exhibirse como traidores, pretendían además saquear las arcas públicas, mientras el alcalde agonizaba

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