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CARRUSEL: * Ante la pandemia: Enredos, contradicciones y mentiras * Navojoa: En vez de accionar, Díaz Félix ¡Se pone a llorar!

Pedro Díaz Félix: Serénese…

Por Víctor Fausto Silva D.
En esto de la pandemia, ya no se sabe si es más peligroso el virus que nuestros gobernantes, porque cuando más claridad y rumbo se necesita, unos están saliendo con rebosantes bateas de engrudo y otros con descomunales tarros de atole para dárnoslo con el dedo.

Y a otros, de plano, les están temblando las corvas y se ve difícil que víctimas de crisis emocionales sean capaces ya no de tomar decisiones atinadas, sino por lo menos inspirar confianza en la gente.

No andan muy errados los que ya no hallan para dónde voltear o a quién creerle, porque versiones van y vienen, a cual más de contradictorias.

Vea usted:

El presidente López Obrador dice que gracias a la ejemplar responsabilidad de los mexicanos que aprendieron a portarse bien, “ya domamos la pandemia” y -según él por asesoría de médicos- extiende su aval para a dejar el encierro.

Nuestro rockstar Hugo López Gatell sigue metido en un laberinto de curvas y picos que ya se antojan eternos. Habla de que la pandemia nomás no afloja y que las muertes van en ascenso, pero se saca de la manga un semáforo y todavía con el rancho ardiendo, de un brochazo pasa a medio país del rojo de alerta máxima a un anaranjado esperanzador, que gradualmente lanzará más gente a la calle…y con ello se disparará el riego de contagio.

Entonces, ¿la libramos o no la libramos?

Acá más cerca, el secretario de Salud Enrique Clausen parece que narra un cuento de terror con su informe diario y poco le falta para pedir que nos encerremos a piedra y lodo porque la situación va de mal en peor, con hospitales saturados y los contagios a todo lo que dan….pero López Gatell lo contradice al informar que sobran camas en los nosocomios para atender a los infectados.

Entonces ¿quién miente?

En Hermosillo, su alcaldesa Célida López se aloca y poco le falta para meter al bote a quienes circulen después de las 18:00 horas, cuando apenas hace días firmó un desplegado junto con otros alcaldes morenistas abogando por el derecho de la gente a salir, para reactivar la economía.

Flaca memoria la suya, pero en fin, así andan dándose de topes nuestros gobernantes. Por eso ya nadie les entiende.

Acá todavía más cerquita y para desconsuelo de los navojoenses, parece que el titular de Salud Municipal, Pedro Díaz Félix, ya perdió toda la serenidad, la ecuanimidad y la mano firme que un funcionario necesita a la hora de tomar decisiones ante problemas tan graves como el de la pandemia.

En vez de asumir su responsabilidad definiendo estrategias y acciones concretas para frenar la moderna peste en el municipio, al médico le ha dado por grabar y subir videos a sus redes sociales, en los que literalmente ¡se suelta llorando!, no sin antes despotricar contra quien se le ocurra.

Ya lo hizo atacando a la gobernadora, y en un segundo episodio acaba de echar en el mismo saco y sin distingos lo mismo a funcionarios que a regidores de oposición “que se han hecho pendejos estos días, sin hacer nada”.

Como según todas las evidencias el señor es corto de acciones pero no de verborrea, remachó su mensaje con el mismo lenguaje de carretonero, añadiéndole velada incitación al linchamiento público contra quienes han osado disentir y denunciar el caos y el mugrero de una administración municipal que se hunde y ya no dio para más.

“¡Hay que exigirles a estos cabrones, que sólo gritan y ladran por todo!”

Así dijo el piadoso y humanitario profesionista de la medicina. Por supuesto, la reprimenda tuvo como colofón su ya reconocido aderezo de sollozos y llanto.

Es perfectamente entendible que en circunstancias tan difíciles como las actuales, a cualquiera le ganen los nervios y los sentimientos.

Llorar -de dolor, de impotencia, de lo que sea- es humanísimo, pero también es cierto que los gobernantes tienen el ineludible deber (para eso aceptaron el cargo) de echar por delante capacidad y temple para hacerle frente a situaciones como ésta, muuuy diferentes a la comodidad de cobrar puntualmente un cheque de nómina.

Serénese, doctor Díaz Félix, porque en ese estado de desequilibrio emocional no le sirve ni a su jefa Chayito Quintero ni a los navojoenses, que en horas tan cruciales no merecen tocar puertas buscando auxilio, sólo para toparse con que los funcionarios están encerrados en sus oficinas ahogados en llanto.

Mejor póngase a trabajar, a sugerir y ejecutar acciones. Y si no puede seguir tocando el arpa, tírela de una vez.

No faltará quien la levante, y con más conocimiento y carácter.

Víctor Fausto Silva Duran
Periodismocomoes@gmail.com

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