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CARRUSEL: 1.- Irving Escobosa sale a defender lo indefendible 2.- Macario y Chayito: Cómplices del “Comandante Cobra”

Irving Escobosa: el estercolero
Irving Escobosa: El estercolero
Acusamos recibo de la apasionada defensa que hace de su nombre el hijo incómodo de la alcaldesa, Irving Escobosa Quintero.
En un grupo de chat señala que las menciones hacia su persona son amarillistas y que ha perdido su tiempo leyéndolas, pero que “Uno sí trabaja responsablemente, y mucho”.

El joven finge demencia: el fondo del asunto no es que gane o pierda tiempo leyendo lo que se publica sobre el desastre –a la vista de todos- del actual ayuntamiento, sino que explique a cabalidad por qué, sin ser funcionario público, su nombre rebota en cuantos expedientes han ido presentándose respecto a casos de corrupción.

Alcanzar un “mérito” de ese calibre sería imposible para alguien ajeno a la administración, a no ser que tras bambalinas tenga las manos metidas hasta los codos, especialmente en el caso del Organismo Operador del Agua, donde no se mueve una factura sin su aval, generosamente expedido –según denuncias concretas- hacia un privilegiado grupo de proveedores.

Donde él ve amarillismo, la gente ve indicios de manoteo de recursos y negocios, al amparo de un poder que indebidamente usurpa con total cinismo e impunidad.

Quizá piensa que por no ocupar ningún cargo formal saldrá libre de toda culpa, pues al fin y al cabo “nada más” se encarga de abrir la llave de los recursos pero no tiene firma legal, una postura tan torpe como miope, porque termina por arrojar sobre su mamá el estercolero que va dejando a su paso.

No son pocos los señalamientos ni las exhibidas que le han pegado como usufructuario de prebendas indebidas e ilícitas a costillas del erario municipal. Por citar una sola, el pago de boletos de avión para que el señorito viaje…sin tener cartera alguna en el organigrama del municipio.

Si esos no son negocios a la sombra del poder, quién sabe cómo podrá llamárseles.

En cuanto a que trabaja “responsablemente y mucho”, uno pensaría que con esas dos cualidades el señor es un empresario exitoso – siendo generosos, digamos que de medio pelo- que para nada tendría necesidad de meterse en asuntos del Ayuntamiento, pero entonces y ciñéndonos exclusivamente a los boletos de avión: ¿tan amolado anda que necesita sacárselos a las arcas municipales? ¿En calidad de qué se los pagaron? ¿O sólo por ser hijo de la alcaldesa ya tiene derecho a manotear lo ajeno?

Si a ese caso le agregamos otros donde su nombre brilla y no precisamente por limpio, concluiremos entonces que ese es un modus operandi, del cual obligatoriamente deberán derivarse responsabilidades hasta de tipo penal, porque si es grave que un funcionario le meta mano a la caja, es peor que con tanta desvergüenza lo haga un particular, así traiga como escudo el título de “orgullo del nepotismo”.

De lo que sí puede presumir Irving Escobosa Quintero es que sin ser funcionario público, su nombre ocupa un destacado sitio en las denuncias presentadas ante la Fiscalía Anticorrupción y bien podría rodar hasta ante el pleno del Congreso del Estado ahora que analizará la petición de juicio político contra la alcaldesa Chayito Quintero.

Eso sí: a diferencia de cualquier malandro remitido a vil barandilla, puede alcanzar el privilegio de los de cuello blanco, de ser mencionado en el máximo tribunal político –si el Congreso se erige como tal- para decidir la suerte de la maestra.

¡Qué orgullo!

Macario ataca de nuevo

Macario Ruiz: Busca ocultar su delito
El que volvió por sus fueros con su ya clásica diarrea verbal es Macario Ruiz Cetrino, el remoquete tras el cual se esconde Jesús Guadalupe Morales Valenzuela para rendir pleitesía a la alcaldesa Chayito Quintero y ooooobviamente, arrojarse él mismo baldazos de elogios y reconocimientos.

Naturalmente, el tema central de su más reciente bodrio editorial es asegurar que a Chayito el juicio político le hará lo que el viento a Juárez.

En la capirotada que armó no hace sino destilar odio y amargura hacia todos aquellos que no se pliegan al “embrujo” de un discurso hipócrita, que frecuentemente invoca a la unidad y el trabajo mientras la maestra sigue gobernando a golpes de capricho y enfrentando problemas –como el de Oomapasn- a garrotazos, desde su convicción enfermiza de que negociar es mostrar debilidad.

En realidad, con la más reciente quemazón de incienso para su musa y desaforados ladridos hacia la oposición, lo que el poeta busca es desviar la atención de dos asuntos donde de plano no tiene salida:

1.- Su inminente traición a la alcaldesa con su –según él- astuto juego de incrustarse en Morena para que lo postule a diputado local por el XIX Distrito y

Cuando Chayito recibió como 
héroe a un hampón
2.- La papa caliente que le significa a ambos aquél par de oficios que firmaron y sellaron, autorizando que desde Tijuana fueran traídos a Navojoa dos vehículos “chuecos” dizque para usarlos como patrullas, a sabiendas de que con su aval se volvían cómplices del delito de contrabando.

Respecto al primer punto, lo que el infumable poeta no esperaba es que lo agarraran con los dedos detrás de la puerta, captándolo de colado –ridículamente encorbatado- en reuniones de Morenistas, la última de ellas en Etchojoa, mientras en Facebook le da vuelo a su campaña de imagen.

Su ambición terminará por pesar más que su supuesta lealtad a Chayito Quintero, pero hipócritamente busca curarse en salud publicando libelos donde le ensalza inexistentes virtudes de Estadista, mientras difama a sus críticos y mantiene contra ellos una canallesca campaña negra en redes sociales.

Nada más debe recordar que donde hay unos hay otros, o dicho en términos cibernéticos: el que siembra troles cosecha memes.

De los oficios sobre los carros “chocolates” no hay mucho qué añadir: ahí están, de seguro a disposición de las autoridades, porque el delito fue orquestado y cometido, en asociación delictuosa con Iván Martín del Capo, el nefasto “Comandante Cobra”.

Ahí están los testimonios grabados de que Chayito Quintero lo recibió en su oficina el 17 de febrero de 2019, casi en calidad de héroe e incluso le rindió un pormenorizado informe sobre la situación de la policía en Navojoa, sin tomar antes la precaución de averiguar que en realidad estaba tratando con un delincuente.

No contenta con eso, ella y el poeta avalaron, con firma y documentación oficial del Ayuntamiento, que el sujeto hoy preso en Tijuana enviara “como donativo” dos vehículos – “chocolates” y más viejos que Matusalén- que seguramente terminaron en algún yunque o en manos de algún vivales, porque como patrullas nunca fueron habilitados.

Esos son los asuntos que debería clarificar Macario Ruiz Cetrino, en vez de andar creando cortinas de humo o atizando campañas difamatorias.

Victor Fausto Silva Durán
Email: periodismocomoes@gmail.com

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