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CARRUSEL: Ante su ineptitud política, Chayito vuelve al garrotazo

La alcaldesa: Enfermizo abuso de poder
Los trabajadores del Organismo Operador del Agua volvieron a comprobar dos cosas inobjetables: que la alcaldesa Chayito Quintero no tiene palabra y hace cambios para que todo siga igual.

Y por enésima ocasión, los navojoenses volvieron a pagar los platos rotos por la incapacidad política de la señora para resolver problemas y su reconocida prepotencia para agravarlos, pues prácticamente dejó desprotegida a la ciudad para movilizar a casi toda la fuerza pública a desalojar el plantón en la paramunicipal.

Ni cuando se dio el robo en la Tesorería Municipal se vio tal despliegue policiaco. ¡Uf!

Un exceso de fuerza a todas luces injustificable, aunque para ella lo sea, a falta de su ineptitud política y sensibilidad para salir de los berenjenales donde se mete. Otra vez, pues, los trabajadores vilipendiados y tratados como viles delincuentes. Garrote, en vez de diálogo y concertación.

El poeta: Maquiavelo de huarache
Semanas atrás y luego de meses de gritos y sombrerazos por parte de los regidores, la alcaldesa accedió por fin a sacar a Jesús Guadalupe Morales de la Secretaría del Ayuntamiento, sólo para tenerlo más cerca –y con él su nefasta asesoría- como Jefe de Oficina de la Presidencia.

Se comentó aquí y los hechos dan la razón, que el poeta difícilmente se conformaría con ser desplazado, aunque sólo haya sido de parapeto, pues en el recalentado conflicto de Oomapasn volvió a aparecer incluso con más ínfulas que antes, pues ahora se sabe que elaboró directamente la lista de los trabajadores que están sujetos a despido.

Son en total 27 –hasta el momento-, entre los cuales hay dos que padecen alguna discapacidad y otros dos con incapacidad médica por problemas de salud. Por ley, ningún trabajador que goce de incapacidad puede ser despedido, pero eso a la presidenta municipal y a su Maquiavelo de huarache les vale una pura y dos con sal.

Ni una cosa ni la otra pesan en el ánimo y el pobrísimo criterio de Chayito Quintero y mucho menos de su asesor de cabecera. El único móvil que cuenta es satisfacer su sed de venganza por la exhibida que en su momento les dio el dirigente sindical Orlando Lara sobre los negros manejos financieros y la injerencia de Irving, el orgullo de su nepotismo, en la paramunicipal.

Igual que en el caso del poeta en la Secretaria, la alcaldesa decidió el relevo en la Dirección Administrativa de Oomapasn: salió Luis Arturo Muñoz y entró Mario Glen Soto Zazueta…sólo para que todo siguiera igual.

Unas cuantas horas bastaron para que el nuevo administrador se diera cuenta de que sólo será un gato sujeto a las órdenes y los caprichos de Irving Escoboza Quintero y de Morales Valenzuela, porque lo mandaron a dar la cara y a notificar los despidos de los sindicalizados, cuando éstos fueron decididos por manos ajenas. Triste papel de recadero, pues.

Y mientras en las instalaciones de Oomapasn se instalaba un cordón policiaco como si se temiera un bombardeo terrorista y los trabajadores se instalaban pacíficamente enfrente para distensar el ambiente, el poeta dio otra ridícula demostración tanto de prepotencia como de cobardía, al placearse rodeado de ¡cuatro guaruras!

No se ve cómo podrá zanjarse un conflicto que llega a esos niveles de polarización y de un enfermizo abuso de poder por parte de la alcaldesa, que primero les tendió la mano a los trabajadores asegurándoles que no habría represalias por sus protestas y luego los apuñaló por la espalda.

Del lado de los sindicalizados tampoco se ve alternativa, como no sea cumplida su exigencia de que se les pague la quincena ilegalmente retenida por la alcaldesa y la reinstalación de todos los amenazados con el despido.

Eso lo dejaron claro ante el Secretario de Organización del sindicato, Adán Jesús León Corral, al cerrar filas en defensa de todos.

Chayito Quintero sigue aferrándose al consejo que hace meses le hicieron llegar asesores chicharroneros, de que “a un incendio hay que seguir echándole leña…hasta que se acabe la leña y se apague solo”.

Si a eso se le suma que a la señora le ganan el odio y su carácter irascible y vengativo, no se ve para cuándo o quién podrá destrabar el enésimo enredo en que anda metida.

En tanto, por todos lados brotan inconformidades, pues mientras vecinos de colonias, fraccionamientos y comunidades se quejan de falta de agua, hay otros sectores que de plano está ahogándose entre los desperdicios y las pestilencias del drenaje.

Eso sí: la señora espera con ansias que lleguen sábado y domingo para agarrar carretera –con vehículo y gasolina del ayuntamiento, obvio-, para hacerse la aparecida como Santoclós repartiendo dádivas en algún municipio o comunidad del séptimo distrito, donde ya se sueña apoltronada en una curul como diputada federal.

A su lado y cámara en ristre, por supuesto, el nefasto poeta, ahora rodeado de cuatro guaruras –no se lo vayan a llevar los rusos, por brillante-, que seguramente tampoco paga de su bolsa.

Si tan desesperada anda por embolsarse la candidatura, la propia alcaldesa debería pedir al Congreso que acelere su juicio político y la despidan.

Así tendría más tiempo para andar en campaña y metiéndose hasta en templos que no son de su credo -y comulgando con ostias que seguramente después vomitó-, con tal de buscar reflectores.

Total, si está en Navojoa o fuera del municipio el desgarriate sigue siendo el mismo…

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