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CARRUSEL: Con alternancia y sin ella, el jarro de atole es el mismo…


Por Víctor Fausto Silva D.


Para los políticos y/o gobernantes que le apuestan a la desmemoria colectiva, ha de ser toda una monserga que en este mundo cibernético existan herramientas como Google, porque en un dos por tres permiten exhibir a los incumplidos, si no es que a los mentirosos que terminan repartiendo atole con el dedo.

No hace muchos años, cuando la revolución tecnológica todavía no ponía las actualizaciones mundiales al alcance de un simple teclazo, la monserga para quien quisiera ponerles “cola” a dichos personajes era meterse días y más días a las hemerotecas.

La misión era esculcar prontuarios de publicaciones donde fueron dejando huella, tanto sobre su pensamiento como del tradicional rosario de promesas (especialmente de campañas electorales) que prácticamente los investía por adelantado como súper hombres, capaces de llevarnos a todos al paraíso.

Durazo: más de lo
mismo


Hoy no: basta entrar a Google y preguntar, para toparse con que siguen como la Chimoltrufia, que como decía una cosa, decía otra y seguía tan campante.

Como un mero recordatorio de que las cosas poco cambian, veamos el caso del presupuesto 2023 anunciado por el gobernador Alfonso Durazo, sólo para confirmar que, al margen de alternancias y siglas partidistas, los gobernantes insisten en jugarnos el dedo en la boca.

Vamos a Google, pues:

El 15 de septiembre, los medios de comunicación dieron cuenta de que el Secretario de Hacienda, Omar del Valle Colosio, anunció que el presupuesto estatal del 2023 venia calculado en al menos 70 mil millones de pesos “para atender las necesidades sociales y de infraestructura, SIN ACTUALIZAR LOS COSTOS EN IMPUESTOS (N. de R: las mayúsculas son nuestras) para no afectar la economía de los sonorenses”.

Ya antes, el propio gobernador Durazo había adelantado que no se contemplaba la creación de nuevos impuestos, así que, si tampoco se iban a “actualizar” –elegante sinónimo de aumentar- los ya existentes, llegábamos a la increíble conclusión de que ¡por fin! un genio había encontrado la fórmula mágica de recaudar más, sin hincarle más el diente a los contribuyentes.

Omar del Valle:
¿Primero los pobres?


Sin embargo, el acto de prestidigitación no duró más que unos cuantos días, porque el señor Colosio salió luego con que a Chuchita la bolsearon y siempre sí, van para arriba la revalidación de placas vehiculares (20 por ciento más, muy por encima de un ajuste mínimo por índice inflacionario), el Impuesto sobre Nómina y el de Hospedaje (cada uno, del 2 al 3 por ciento).

Dirá usted, estimado lector, que de los tres, el que golpeará masivamente es el de las placas (donde el gobierno, por cierto, ha exhibido una penosa ineptitud hasta para recaudar, porque ni láminas había, amén de que ahora también están batallando para expedir licencias de manejo), pero al margen de ello, más extraño resulta el destino que se dará a ese ingreso.

Porque resulta que según el señor del Valle, lo que se obtenga se usará ¡para adquirir camiones de transporte público!

A menos que muy “a la sorda” el gobierno haya estatizado el servicio, entonces estamos en vísperas de que los dueños de carros nacionales empiecen a financiar de su bolsa a los siempre voraces y poco transparentes concesionarios: un negocio de particulares con ganancias para particulares, pues.

¿Cómo que primero los pobres?

En Hermosillo se presentó la aberración (y si no me equivoco sigue vigente), de que Agua de Hermosillo aplicara pareja una cuota por “saneamiento” del líquido en la planta tratadora de agua…que luego se vendía a precio subsidiado ¡a los agricultores! O sea, a costillas de muchos, el negocio de unos cuantos, igualito a lo que ahora se pretende hacer con el transporte urbano.

Muy orondo, Martín Salazar Zazueta, el presidente de la Canacope, dice que a los empresarios les preocupaba el aumento del 2 al 3 por ciento en el impuesto por hospedaje, pero ya no, porque luego de platicar con el Secretario de Hacienda, vieron “la luz” y descubrieron que dicho gravamen “será pagado directamente por los huéspedes”.

¡Ah no!, ¡pues así sí, faltaba más!: pásenle la factura a otro y todo mundo contento. Es como si los expendedores de gasolina estuvieran muuuuy preocupados porque ésta sube y sube, cuando con la mano en la cintura lo que hacen es encasquetarle los aumentos al consumidor.

Hágase justicia… en los bueyes de mi compadre.

Sin rascarle mucho más y por cuestiones de espacio, aquí tiene usted, estimado lector, uno de tantos ejemplos de que nuestros gobernantes dicen una cosa y hacen otra.

Hay un añadido, como para redondear la burla:

¿Recuerda usted cómo se cacareó el año pasado el recorte de casi 500 millones de pesos en el gasto del Congreso del Estado, para destinarlo “al mayor presupuesto social de la historia”?

Próspero Valenzuela:
Ahora gastará por
pipas…


Pues bien: parece que –mientras Durazo sigue llorando la supuesta ruina- ya se acabó la “austeridad republicana”, porque en el presupuesto del 2023, los señores diputados recibirán un “modesto aumentito” de 413 millones 675 mil 315 pesos para ejercerlos como les dé su regalada gana….incluido el tradicional relleno del cochinito para las campañas del 2024.

Y a ellos, que se sepa, no se les descontará un mísero peso para financiar la compra de camiones para el transporte público.

El que debe andar brincando en un pie de puritito gusto es el comunista Fifí Próspero Valenzuela Muñer, pues si en un año de “austeridad” gastó nada más en gasolina 169 mil 706 pesos en diez meses, ahora que les aumenten la tajada en pago a su sacrificio por el proletariado, podrá comprar el combustible por pipas, mientras entona sus letanías de “primero los pobres”, “hasta la victoria siempre” y esas zarandajas engaña-bobos.

Lo que queda claro es que, con alternancia y sin ella, el jarro de atole sigue siendo el mismo…

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