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CARRUSEL: · Un guillotinazo obligado… y otro indispensable en Salud


Por Víctor Fausto Silva D.


A veces, la velocidad de los acontecimientos va provocando que se acumulen temas y vayan quedando algunos en el tintero, así que por hoy, estimado lector, permítanos desahogar pendientes.

Vámonos con dos de ellos:

1.- Ayer, cuando éste Carrusel tenía escasos minutos de haber entrado al espacio cibernético, el gobernador Alfonso Durazo anunció que su Jefe de Oficina, Rodolfo Castro Valdez, dejaba definitivamente el cargo para poder enfrentar el proceso penal que se le abrió en Baja California, donde a raíz de un mega trinquete con recursos del erario – que manejó allá como Secretario de Hacienda- se le imputaron varios delitos.

Habíamos adelantado la apuesta de doble contra sencillo que terminaría saliendo del gabinete “para cuidar la marca” (Morena), lo que Durazo terminó por hacer oficial, no sin antes bañar con champú de elogios al de Huatabampo.

Durazo: El costo
político, para él


Obviamente, el gobernador no habló precisamente de “la marca”, pero lo dejó implícito al señalar que Castro Valdez se iba “con un ánimo de responsabilidad y de no imponerle un costo político al gobierno del estado”.

(En justicia, hubiera sido más preciso decir que el costo político sería para él en lo personal, pues no encajaría muy bien en su discurso moralizador el hecho de tener tan cerquita a un acusado de manotear recursos públicos, cuando los meros chichos de la 4T son incorruptibles).

Por supuesto, el mandatario aclaró que la vinculación a proceso dictada por un juez de Mexicali no significa fallo de culpabilidad o condena, pero sí que Castro “es susceptible” a recibir alguna sanción derivada del proceso abierto por una gobernadora Morenista, Marina del Pilar Ávila, contra su antecesor y también Morenista Jaime Bonilla.

Hace apenas unos días y ante las ya tradicionales especulaciones sobre cambios en el gabinete, Durazo Montaño no les dio mucho crédito, pero admitió que su equipo estaba sujeto a evaluación constante, así que tampoco descartó los movimientos.

¿Quién le iba a decir que desde afuera del estado – y tutu: precisamente un Juez- lo obligarían a decapitar a uno de sus más cercanos colaboradores?

Debió sentir feíto.

Rodolfo Castro: Con
tanta chamba, no
dormía


Eso sí: después de dejarle caer la oprobiosa guillotina a Castro Valdez, casi le confirió estatura de Secretario, al asegurar que tuvo a su cargo la planeación y seguimiento de “cientos de proyectos” del gobierno estatal. ¡Qué versatilidad y qué capacidad de trabajo del muchacho! ¿A qué horas dormiría?...pero también, ¡qué clase de patadón le dieron!

2.- Más o menos en la misma sintonía –porque acá también dejó la sensación de que se aproxima otro guillotinazo-, el Gobernador anduvo en Navojoa y Huatabampo para supervisar la infraestructura hospitalaria de lo que ahora será IMSS-Bienestar, el nuevo membrete con el cual según López Obrador llevará a los mexicanos a un sistema de salud “como el de Dinamarca”.

Durazo presumió que ya van 150 instalaciones de salud rehabilitadas en su gobierno y que va por 376.

Muy bonitas sin duda las estadísticas y muy prometedores los objetivos, pero no escapó al personal médico ni a los derechohabientes el detalle de que Durazo Montaño no tocó ni por encimita el “pendientito” de la construcción del nuevo hospital del IMSS en Navojoa, con el que todos los políticos se paran el cuello hablando maravillas, pero con cero recursos asignados en el presupuesto del próximo año. Ahora se hacen chombitos, dando vigencia al viejo dicho de que “prometer no empobrece: dar es lo que aniquila”.

Mencionamos que la gira del gobernador dejó la sensación de que vienen más guillotinazos, porque a la hora de la revisión en Huatabampo “se esfumó” (o lo esfumaron) de la comitiva el Jefe de la Jurisdicción Sanitaria número 5, Alberto Güereña Gardea, que trae un criminal desgarriate con el agresivo brote de dengue que está azotando al sur del estado.

Quién sabe cómo le harían para mostrarle a Durazo las áreas bonitas de los hospitales y no las atestadas con pacientes hasta en el piso, pero seguramente le escamotearon datos tan graves como que también los laboratorios particulares están saturados de pacientes, y lo peor: emitiendo pruebas positivas de dicha enfermedad.

Por supuesto, la Secretaría de Salud a cargo de José Luis Alomía minimiza el grave impacto del brote -como si con eso lo desaparecieran- reduciendo a dos las muertes, cuando por denuncias públicas de las familias afectadas se sabe que van más de 20, amén del titipuchal de enfermos que se defienden en sus domicilios con remedios caseros, mientras el sector empresarial empieza a resentir también las ausencias de trabajadores por estar infectados.

El presidente de la Canaco del Mayo, Federico Llamas Aréchiga, ya denunció el trastorno que afecta a sus agremiados por la falta de personal, porque son de 5 a 7 días las incapacidades médicas para quienes enferman, preocupante porque además se suma la carencia de camas en los hospitales públicos para atender a tanto afectado.

Llamas habla de que Navojoa ya ocupa el primer lugar estatal en dengue con 502 casos confirmados. Eso según datos oficiales, pues habría que añadir a quienes ya están enfermos y prefieren cuidarse en casa, o simplemente no entran en las estadísticas, ya sea porque son estudiantes, jubilados, desempleados o mujeres dedicadas a las labores del hogar

Güereña: No entendió
ni jota


Y todo porque al señor Güereña Gardea le dieron su hueso sin saber ni jota de ese campo, así que se tiró a la hamaca a cobrar su cheque, mientras el zancudero se multiplicaba como plaga bíblica para luego lanzarse vorazmente sobre la población, que como nunca antes fue dejada en la indefensión por la negligencia de quienes debieron aplicar medidas preventivas a tiempo.

El que no puede fingir demencia o que la virgen le habla es el propio Alomía, porque ante la ineptitud y abulia de Güereña tuvo que intervenir desde Hermosillo, pero ya cuando el rancho estaba ardiendo.

Alomía: Negligencia
que cuesta vidas


De aumentar la mortandad, seguramente las autoridades sanitarias saldrán con las explicaciones y el maquillaje de siempre, de que los enfermos murieron hasta de un simple catarro, pero no podrán echar abajo la percepción popular (con familias enteras contagiadas y con confirmación clínica) de que aquí hubo negligencia.

Ojalá la “desaparición” de Güereña de la comitiva de Durazo signifique su conocimiento pleno sobre lo grave del problema, y de que en la Jurisdicción Sanitaria se aproxima un relevo que sí le entienda al asunto.

Porque las cosas están muy feas, y amenazan con ponerse peor si no se actúa con la celeridad requerida…

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