CARRUSEL: · Cierre de sexenio, estilo lucha libre · Shirley: Aferrada en hacer el ridículo

Por Víctor Fausto Silva D.

Al margen de la ideología que se profese, estimado lector (ahorita todas son un solo masacote), lo sucedido este domingo con el palo a la frustrada reforma eléctrica, deja varias lecturas muy claras, desde nuestro modesto punto de vista.

1.- El Presidente terminó cosechando lo que sembró: la radicalización de sus opositores, hartos del ninguneo y la burla a la que son sometidos desde el púlpito de “La mañanera”.

Aletargados, desdibujados y esqueléticos, bien puede decirse que PRI, el PRD y el MC tuvieron su Domingo de Resurrección. Lo que no habían podido hacer ellos, lo logró López Obrador: unificarlos…y en una de sus batallas más emblemáticas para consolidar la 4T.

Se unieron y la echaron abajo. Poco más de 50 votos fueron suficientes para escamotearle la mayoría calificada que requiere una reforma constitucional.

Ya le habían medido el agua a los camotes con el magro resultado de la consulta para la revocación de mandato: la popularidad no necesariamente se refleja en votos. Y de los 30 millones conseguidos en el 2018, AMLO anda ahora cerca de la mitad.

Mal presagio rumbo al 2024, sobre todo si se toma en cuenta que su “corcholata” Claudia Sheinbaum apenas consiguió alentar el 20 por ciento de participación ciudadana en su feudo, la Ciudad de México. Y si ahí arrastró la cobija con el nombre del Presidente en la boleta, no se ve cómo podría ella cautivar y entusiasmar al electorado, porque de plano, a la señora no se le ve eso que llaman “ángel”. No prende ni una vela.

2.- La de este domingo no fue cualquier derrota para el Presidente, sino el preludio de las que eventualmente le seguirán cuando insista en las siguientes, entre ellas la de desaparecer al INE.

Engallada, la oposición ya le advirtió que no le dejarán pasar ni una más, mientras siga “con sus actitudes soberbias y groseras” al mero estilo de quien más odia: Salinas de Gortari, que en su momento mandó por un tubo a los opositores diciendo que ni los veía ni los escuchaba.

Amor con amor se paga, pues…

3.- En ese escenario de belicosidad y acusaciones de traición a la patria que unos y otros se encasquetaron a destajo, el Presidente necesitará de operadores que sepan tejer fino a la hora de negociar para convencer y conseguir apoyos. Pero de mano zurda, no de garrote en mano esgrimiendo aquello de que a las iniciativas presidenciales “no se les mueve ni una coma”.

Entonces pensaría uno en que el operador naturalito para tal encomienda sería el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, pero resulta que en los días previos a la pasada consulta, el señor se metió al callejón de los trancazos y despotricó lindo y bonito contra todo lo que no fuera la causa morenista… al grado de que la oposición lo desconoció como interlocutor político.

Así las cosas, sería previsible el relevo en Gobernación, pero ya se sabe que a AMLO no le gusta mucho eso de dar pasos atrás (no vaya a ser que lo acusen de flaquear) y lo más seguro es que el señor se quede, aunque políticamente ya no le sirva para nada. Otro florero, pues.

AMLO: logró revivir y 

unir a la oposición

3.- Para nadie es un secreto que el único operador con resultados efectivos ha sido el senador Ricardo Monreal, pero hace buen rato que en Morena (y el mismo AMLO) lo traen bocabajeado y casi en la banca, por seguir insistiendo en buscar la candidatura a la Presidencia, cuando hacia allá –hasta el momento- la única bendecida y enfilada es Claudia Sheinbaum.

Deduciríamos entonces que súbitamente, el Presidente se ha quedado terriblemente solo. Y con una oposición ahora sí crecida y retándolo para probar de qué cuero salen más correas.

Creo, estimado lector, que en buen cristiano se avizora un cierre de sexenio al estilo lucha libre: todos contra todos, a dos de tres caídas sin límite de tiempo, con piquetes de ojos y mordiscos de oreja incluidos.

Van a volar pelos.

¿Y la patria –con la que todos los oradores del domingo se enjuagaron la boca- y los mexicanos?

Pues ahí, viendo el espectáculo, los zipizapes y los ridículos, como el que protagonizó en la maratónica sesión la diputada federal del séptimo distrito, la ex panista-padrecista, ex morenista y hoy petista Shirley Vázquez Romero.

Shirley Vázquez:
Trae un tambo
quemando incienso

Al parecer no alcanzó matraca, pero eso no fue impedimento para que paseara su humanidad por el recinto portando mantas de apoyo a AMLO y de consignas contra la oposición.

Y como para eso de robar cámara se pinta sola, se colocó frente a todos los oradores, encantada por acaparar fotos y videos y convencida de que le había llegado la hora de pasar a la historia como porrista incondicional del Ejecutivo.

¡Qué desfiguros!, mientras acá sus representados se preguntan cuándo diablos tirará el tambo de incienso que carga quemándoselo a AMLO y abanderará alguna de tantas necesidades pendientes por estos rumbos.