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CARRUSEL: · El nuevo mensaje de Shirley: Vale más que ni se le arrimen


Por Víctor Fausto Silva D.


Tal como se veía venir, así ocurrió: los diputados federales interpretaron el papel que mejor les sale, el de lacayos levantadedos a las órdenes de lo que les mande el presidente López Obrador.

Luego de una faramalla de 52 horas a lo largo de 5 días, los Morenistas y sus aliados lograron el objetivo de no moverle una sola coma al proyecto de presupuesto de egresos que les mandó el dueño del Palacio Nacional, el Tlatoani al que ven casi como un Dios perfecto y dueño de la verdad absoluta.

Y por supuesto que en esa perfección, respaldan sumisamente la discrecionalidad con la cual se conduce a la hora de programar y ejercer el gasto: que los estados y los municipios se rasquen con sus uñas, mientras él sigue adelante con sus proyectos faraónicos de montos disparatados: el Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas.

No importa que cien o mil expertos hayan alertado sobre la escasa o nula rentabilidad de dichos proyectos, o lo absurdo de haber cancelado un aeropuerto ya muy avanzado pagando la estratosférica suma de ¡¡¡330 mil millones de pesos!!!

Aquí de lo que se trata es de que el señor siempre tiene la razón, ya lo decidió y por ahí se va, porque como dice él: es muy terco, y aléguenle al ampáyer (frase nunca mejor aplicada que ahora, dada su afición por el béisbol).

Y a la par que se rasgan las vestiduras embistiendo contra el INE y en rachas contra el Poder Judicial, a ambas instituciones les pegaron una rasurada de 8 mil millones de pesos, bajo la cantada consigna de que son nidos de corruptos, de despilfarro y de cuanta etiqueta les sirva para descalificarlos.

El problema es que –como dicen los abogados-, suponiendo sin conceder que así sea, el asunto del gasto público va mucho más allá del mero afán de castigar a entes indeseables a los ojos del mandamás, porque en su agachismo los señores legisladores terminaron llevándose entre las patas a sectores claves como los productores del campo (agricultores o ganaderos), a las micro y pequeñas industrias y a otros actores económicos, cuyas actividades no sólo generan productos y servicios, sino empleos y riqueza.

No: tampoco se trata de satanizar o descalificar programas de indiscutible beneficio social, como las becas a estudiantes o los apoyos a los adultos mayores, sino de cuestionarse dónde diablos está el compromiso de los diputados y senadores con su gente a la hora de meterle lupa y seso a los presupuestos, de tal manera que efectivamente sirvan para cubrir “más terreno”, para ponerlo otra vez en términos beisboleros.

Porque mire usted: a ver dónde se mete ahora la diputada del séptimo distrito, la ínclita y nunca bien ponderada Shirley Vázquez, que según ella se la pasaba recogiendo inquietudes y necesidades de los sectores productivos del sur del estado, dizque para convertirse en gestora directa ante quien correspondiera, para darles soluciones, sólo para salir con una batea de babas.

¿Qué les dirá ahora a los agricultores, a los ganaderos y a los pescadores, por ejemplo, si fue incapaz de abrir la boca donde y cuando se debía para conseguir recursos de apoyo?

¿Les dirá lisa y llanamente que desde la campaña y ya como legisladora se dedicó a mentirles y a jugarles el dedo en la boca? ¿Les saldrá con la falta de recursos por la cacareada “austeridad republicana”, mientras el Presidente gasta millonadas a manos llenas sólo donde él decide y a él le conviene?

Shirley: No pelará un
chango a nalgadas

¿Y a los alcaldes de su distrito, les dirá lo mismo, o reconocerá que en los tres años de su cargo no pelará un chango a nalgadas y vale más que ni se le arrimen, porque será un cero a la izquierda, nomás lista para aplaudir y aprobar lo que le manden sin moverle ni una coma, para que no se vaya a enojar el Tlatoani?

Dice López Obrador que ya con el presupuesto aprobado, él mismo y los legisladores pueden “dormir con la conciencia tranquila”, lo que seguramente tampoco será muy del agrado de los alcaldes, a los que también mandaron por un tubo a la hora de asignar recursos.

Eso sí: lo que no puede regateársele a la maestra es su desmedida ambición política, porque sigue abriendo comités y casas de campaña, en las que se dedicará a su deporte favorito de repartir atole con el dedo en cantidades industriales…para buscar la presidencia municipal de Huatabampo, que ya perdió una vez ante Heliodoro Soto.

Por lo demás, ya es vox pópuli que lo único para recordar de ella ahora como diputada federal es el desmayo que sufrió en la Cámara…seguramente de la impresión, cuando se enteró de que ganaría casi 250 mil pesos mensuales, sólo por pasar lista, levantar el dedo y cantar a grito pelado el himno de la 4T: “¡¡¡Es un honor, estar con Obrador!!!”.

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