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CARRUSEL: · María Dolores del Río: primer asterisco en el gabinete estatal


Por Víctor Fausto Silva D.

Cuando el gobernador Alfonso Durazo comenzó a desgranar los nombres de quienes integrarían su gabinete, dijimos aquí que todos merecían el beneficio de la duda, y seguimos sosteniendo ese criterio porque sería propio de desequilibrados -malnacidos, diría Guillermo Padrés- esperar que a un gobierno le vaya mal, porque irremediablemente nos llevaría entre los pies a todos.

Naturalmente, la mención de algunos nombres como el de Álvaro Bracamonte en la Secretaría de Gobierno, provocó gestos de extrañeza, pero también, dada su preparación y lejanía con las tradicionales corrientes políticas y sus intereses, la esperanza de que tiene con qué dar el ancho a la hora de manejar con seriedad e imparcialidad los asuntos políticos del estado.

Sin embargo, ahora que Durazo anunció a María Dolores del Río Sánchez como Secretaria de Seguridad Pública, cabría ponerle un asterisco a dicha designación, porque por ningún lado se le encuentra en su carrera pública la más mínima relación con un área tan delicada.

Durazo había caído en el lugar común de todos los gobernadores cuando antes de asumir el cargo hablan de escoger “los mejores perfiles” para ocupar los distintos cargos, y cuando dejó pendiente el de Seguridad no era descabellado pensar que estaba indeciso a la hora de escoger entre verdaderos expertos, más en tiempos en que la violencia se enseñorea como nunca antes a lo largo y ancho del estado.

Con su antecedente como Secretario de Seguridad Federal, donde le tocó ampliar la militarización de ese rubro, se apostaba incluso porque el ya mandatario se inclinaría por algún militar, o mínimo por un experimentado policía de carrera - que los hay-, o algún experto en la materia. Se mencionaba incluso que podría “importar” a algún “cartucho” de esos que, por lo menos en sus currículums,- presumen de comérselas ardiendo.

María Dolores del Río: En cancha desconocida

Pero no: este lunes Sonora amaneció con el anuncio de que dicho cargo estaba reservado para doña Dolores. Y no se trata de ser aguafiestas ni ave de mal agüero, pero busque usted, estimado lector, alguna conexión o experiencia de la dama con tan delicado rubro, en la ficha oficial emitida luego de su nombramiento, que aquí le transcribo íntegra:

“Licenciada en Ciencias de la Comunicación (ITESO) con amplia experiencia en el sector público, inició su carrera como Diputada Local del Congreso del Estado donde impulsó reformas a los Códigos Civil y Penal del Estado en materia de violencia intrafamiliar y de adopción”.

“Fue Diputada Federal en la LXI Legislatura y Presidenta Municipal de Hermosillo, donde obtuvo el premio de Transparencia y el reconocimiento por Organización de Estados Americanos (OEA) por el programa de organización ciudadana titulado AVES”.

“Ha sido directora general del Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA) en la Secretaría de Educación Pública federal. En su último cargo de representación popular como Diputada Local se desempeñó eficientemente como Presidenta de la Comisión Anticorrupción del Congreso del Estado de Sonora”.

Hasta ahí la ficha. Fuera de haber impulsado como diputada reformas legales en materia de violencia intrafamiliar, nada más la liga con el área. Y en cuanto a que “se desempeñó eficientemente como Presidenta de la Comisión Anticorrupción”, pues caita, como dijo el indio, porque sólo se le recuerda recorriendo el estado en un intento por aterrizar dicha comisión a nivel municipal, y es hora de que no se sabe cuántas instaló.

(Eso sí: sus periplos le sirvieron para placearse dando discursos muy bonitos y como no queriendo la cosa, para pasar lista entre militantes y cuadros directivos del partido Movimiento Ciudadano, en ese entonces bajo su batuta. Grilla, pues).

Si su designación obedeció más a cuestiones de género, nadie ha dicho nada, pero como que no está el horno para bollos para entrar tanteando un terreno que de por sí luce minado y desolador, o aterrador, dirían los habitantes de los municipios más golpeados por la violencia… a menos que sea el propio Gobernador el que asuma dicha responsabilidad.

Y por lo menos así lo evidenció ya este mismo lunes al presidir la instalación de la llamada “Mesa estatal para la construcción de la paz y la seguridad”.

Alfonso Durazo: Se echó encima el compromiso

Ahí, el Gobernador dijo que “con esta reunión iniciamos la atención del problema fundamental de las y los sonorenses, que es la seguridad. Voy a atender personalmente este tema respaldado, por supuesto, por quienes me acompañan en esta mesa”.

Ahí está su compromiso, pues, replicando aquí el modelo de coordinación con otras instancias involucradas, como el ejército, para entrarle a un toro que luce muy bravo, por no decir que pavoroso.

El problema es que, con todo y su rimbombante nombre, a nivel federal dicha mesa no ha pasado de recibir, analizar informes y hacer gráficas (eso sí: muy de madrugada) sobre levantones, ejecuciones, masacres y el abierto e implacable avance de la delincuencia organizada sobre amplias zonas del país, mientras el Presidente sostiene su estrategia de mera contención, no de combate frontal y mucho menos de erradicación.

Abrazos, no balazos, pues. Y de esa política timorata ya están hartos en Cajeme, Guaymas, Magdalena, Ímuris, Caborca, Pitiquito, Altar y un etcétera que lamentablemente cada día se extiende más.

Repito: no se trata de ser aguafiestas ni ave de mal agüero, ni tampoco de retirar a los nuevos funcionarios el beneficio de la duda.

Pero –a reserva de su opinión, estimado lector- como que el nombramiento de María Dolores sigue mereciendo, de entrada, un asterisco…

Ahora que si resulta un león rasurado, ¡enhorabuena!

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