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CARRUSEL: · Con la salida de Anita Valdés, pierde el PRI una pieza valiosa · Alternancia y cambio: Simulación para que lleguen “los mesmos”


Por Víctor Fausto Silva D.

Despejada la polvareda de cualquier elección, es normal que los partidos entren en procesos de ajustes y reacomodos, claro que en diversos escenarios: los que ganaron, a tronar cuetes festejando, con el tiempo a favor para buscar mantenerse en la cima, y los que perdieron, a restañar heridas y reflexionar por qué, cómo y dónde fallaron.

Sin duda, el más obligado entre los principales es el PRI (PAN y PRD) tienen rato arrastrando feo la cobija), porque además de perderlos principales municipios le arrebataron la joya de la corona: la gubernatura.

Ya se registran tanteos de militantes como Humberto “El Buitre” Robles Pompa y la hoy diputada Natalia Rivera, perfilándose para ir por los bártulos que dejará “El Pato” de Lucas en el mando estatal, pero ya sin la figura paterna (en este caso materna) de quien mandaba en el palacio de gobierno, las cosas no serán nada fáciles.

Del poder pasaron a la oposición, y desde ahí es tarea titánica regresar a las Grandes Ligas, pero tampoco imposible: los tricolores ya han demostrado que saben levantarse, con la pérdida de la presidencia de la república ante Fox y Calderón, y aquí ante Guillermo Padrés.

Aun así, por el momento la tarea se ve en chino por la trapeada que les pegaron, que no fue cualquier cosa, pero es cuestión de esperar para analizar.

Sin embargo, el problema empeora cuando además de los naturales ajustes y reacomodos, se padecen desbandadas, y acá más cerca, por lo pronto, el tricolor acaba de perder a una de sus mejores piezas con la renuncia de la navojoense Ana Luis Valdés Avilés.

A lo largo de 40 años, ella fue un referente obligado a la hora de hablar de militancia y lealtad firme, entusiasta y siempre participativa para cualquier tarea que le fuera encomendada.

Lo demostró en su paso por varias carteras del partido y luego en el servicio público, como presidenta del DIF Municipal (2003-2006) y como diputada local (2015-2018) por el vigésimo distrito.

En ese ámbito dejó reconocidas muestras de capacidad, trabajo y sensibilidad, que después y de manera natural la perfilaban incluso para buscar la presidencia municipal, una oportunidad que por angas o mangas no llegó, lo que tampoco frustra su espíritu de servicio al anunciar en su carta de renuncia que ahora se enfocará en proyectos “inclusivos”, como la promoción de la participación política de las mujeres, en el marco de los derechos humanos, buscando igualdad y sin violencia de género, así como apoyar acciones anticorrupción, entre otros.

Anita Valdés: Se va sin reproches,
ni amarguras

Ya en charla directa, Anita Valdés nos expresa su convicción de terminar la relación de 4 décadas con el PRI “en los mejores términos, sin reproches ni amarguras de ambas partes”.

“Es auténtica mi decisión de trabajar en las causas ciudadanas, sin ataduras partidistas. No me iré a ningún puesto ni partido”, subraya.

Ahora, dice, el objetivo es mantener la mirada hacia adelante “y agradeciendo las oportunidades que me dio la institución de servir a la comunidad y con la satisfacción del deber cumplido, porque creo que cumplí con mi responsabilidad y traté de dignificar al partido. Creo que estamos pagados mutuamente”.

Sereno y maduro su razonamiento. Acorde a una personalidad que dio lo mejor de sí para su partido.

A la luz de su incesante trabajo y su trayectoria, diríamos que pierde el PRI, pero sin duda ganará la sociedad, porque conociéndola de inquieta, seguramente no tardaremos en detectar su presencia en alguna de tantas causas ciudadanas que reclaman atención.

Suerte para ella.

La rica veta del “chapulineo”

A propósito de elecciones, cuando las próximas estén a la vuelta de la esquina, cuídese usted, estimado lector, de caer en el garlito de quienes le venden la famosa “alternancia” o el manoseado cambio, porque terminan en meras frases propagandísticas, más falsas que un billete de 30 pesos.

Al final de cuentas, al poder terminan llegando “los mesmos”, como diría el indio.

Mire usted al nuevo gabinete estatal, con cuatro palpables ejemplos de lo redituable que resulta el “chapulineo” político a costillas de la credulidad ciudadana.

1.- Ahí tiene a María Dolores del Río, hoy Secretaria de Seguridad Pública, que de ser ferviente panista brincó luego al Movimiento Ciudadano y finalmente a Morena.

2.- La flamante Secretaria de Turismo, Célida López Cárdenas, expanista- padrecista, que luego tiró los fierros albiazules para saltar a la alcaldía de Hermosillo por Morena y de ahí al gabinete estatal.

“El Bebo” Zatarain: ya tiene su premio


3.- Carlos Ernesto “Bebo” Zataráin, regidor, presidente municipal de Guaymas, diputado local y federal por el PRI, al que renunció porque no tocó hueso rumbo a los pasados comicios, colándose luego como candidato a la gubernatura por el fantasmagórico y ya desaparecido Partido Encuentro Solidario. Ahora encabezará el Consejo Estatal de Concertación dela Obra Pública (Cecop).


Temo Galindo: Otro chaquetero, 

a la nómina


4.- Cuauhtémoc Galindo Delgado: alcalde, diputado local y federal por el PAN y a últimas fechas colgado de la liana de otro membrete (también desaparecido) Redes Sociales Progresistas, como dizque candidato a la gubernatura. Hoy, el señor ya despacha como titular del Instituto Sonorense de Infraestructura Educativa.

Las supuestas convicciones y lealtades, en baratas de tianguis. Son ajonjolí de todos los moles.

Son “los mesmos”, pues, nada más que maquillados y reciclados…mientras desde afuera del festín, quienes se proclaman como Morenistas químicamente puros ven cómo los colados degustan exquisitas viandas (diría Feliciano Guirado) mientras ellos siguen esperando que de perdida les tiren con un plato de caldo flaco y tortillas duras.

Le digo, estimado lector: cuídese cuando le ofrezcan el maravilloso y mágico cambio…

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