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CARRUSEL: ¿Hasta dónde meterá Durazo la lupa en las cuentas de Claudia?

Por Víctor Fausto Silva D.

Seguramente estará de acuerdo conmigo, estimado lector, en que el presidente López Obrador ya parece metralleta soltando disparates y en que sigue haciendo gala de una asombrosa capacidad para dar a la gente pan y circo, pero acaba de dar a los próximos gobernadores un consejo por demás razonable: que le metan lupa en serio a las cuentas de quienes se van.

Parecería una obviedad sabiendo que en automático, cualquier autoridad debe revisar lo que recibe, especialmente tratándose de activos y recursos públicos, cuyo manejo en lo sucesivo pasará a ser su responsabilidad.

El consejo, sin embargo, no está de más cuando el propio AMLO se escandaliza de la corrupción que dice haber ido descubriendo, y que por complicidad entre políticos del mismo partido tradicionalmente se mete debajo de la alfombra para dar vigencia al viejo dicho: “el que venga, que arree”. O para patear el bote, pues, como se dice coloquialmente.

 “Yo les recomendaría eso, claro que es decisión de cada quien, que se hagan auditorías y se deslinden responsabilidades, sin afán de venganzas, sino nada más para que la ciudadanía esté informada de cómo entregan, cómo está la situación de la deuda, proveedores y el pago de sueldos”, señaló este lunes, y redondeó la idea aconsejando que  en caso de encontrar irregularidades se presenten denuncias ante la Fiscalía General de la República.

La película no sería nueva en Sonora, habida cuenta de que enarbolando una honestidad a toda prueba, en su momento la gobernadora Claudia Pavlovich se le fue encima con todo a su antecesor Guillermo Padrés, que todavía anda del tingo al tango defendiéndose en los juzgados… aunque en las arcas estatales no haya entrado un sólo peso de los cuantiosos recursos que supuestamente malversó.

Claudia Pavlovich: cuentas mochas.


Incluso, hace buen rato que el Contralor Miguel Ángel Murillo hizo mutis respeto a las carretadas de dinero que según sus alegres cuentas habrían de recuperarse.

Hoy, cuando el sexenio agoniza, para los legos en la materia todo habría quedado en gritos y sombrerazos. En pan y circo como el que ahora se le critica al mismísimo Presidente, que habla de corrupción y de corruptos, pero no mete a nadie al bote.

Verbigracia el caso de Emilio Lozoya: traído desde el extranjero entre fanfarrias y quema de cuetes porque según esto su testimonio permitiría quemar en leña verde incluso a Peña Nieto como jefe de la mafia del poder, sólo para encontrarnos con que el señor está cómodamente en casita sin haber tentado la cárcel un solo día.

En el caso de Sonora, Alfonso Durazo ya adelantó su percepción de que recibirá una administración prácticamente quebrada, y seguramente por algo lo dice aún sin haberse sentado en la silla.

Alfonso Durazo: verdaderas papas calientes.


Acaban de revelarse a nivel nacional números sobre las trácalas que dejarán los gobernadores salientes, y a Claudia Pavlovich no le va precisamente bien, cuando sale a relucir que recibió deuda por 22 mil 781 millones, que ella elevó a 28 mil 119. Son casi 6 mil millones, cuyo destino habrá que precisar y que desde ya estarán causándole jaqueca a Durazo y al equipo que se encargará de las finanzas estatales.  

Para él será clave entrar revisando cajas y levantando la alfombra- y ya sabrá luego si procede como se lo aconseja AMLO-, pero el grueso de los sonorenses no necesita tener doctorados en economía o títulos de Harvard como los que ostentan varios de los futuros colaboradores de Durazo, porque a simple vista hay indicadores de que Claudia Pavlovich dejará el gobierno en condiciones lamentables, específicamente en rubros como salud y seguridad pública.

Ahí está el caso del Isssteson: la gobernadora y su equipo desplegaron una campaña de alharaca para presumir que lo sacarían del hoyo con una estrategia que incluía la venta de varios inmuebles del gobierno, sólo para terminar donde mismo: en una quiebra que trae a los derechohabientes con el Jesús en la boca.

Los afiliados siguen con su viacrucis para conseguir medicamentos que muchos, por lo delicado de sus enfermedades, terminan pagando de su bolsa porque simple y sencillamente no existen en las farmacias del Isssteson.

Ellos no ven, pues, que la “brillante” estrategia” de la Gobernadora haya cuajado. Las protestas de los sindicatos que cotizan en el Instituto han ido en aumento. ¿Qué pasó entonces? ¿Se vendieron o no dichos bienes, y si se vendieron, dónde quedó el dinero?

El Isssteson será una de las papas más calientes que habrá de recibir Durazo.

El otro rubro, que el de Bavispe conoce muy bien, es el de la seguridad pública, o mejor dicho: la inseguridad pública que está bañando de sangre al estado, con estudios y estadísticas oficiales de que nada más en homicidios, el número se duplicó este sexenio, ya no digamos en feminicidios, con Sonora ocupando lastimosos primeros lugares a nivel nacional.

Plazas como Cajeme, Guaymas y Empalme parecen zonas de guerra, y más recientemente se incendiaron Magdalena y municipios aledaños, aunque aquí -quizás por ser su tierra natal- la Gobernadora se metió en serio y los operativos arrojaron varias capturas de pistoleros, carros y arsenales que ya los quisiera la Policía Estatal.

Las recientes batidas tampoco indican que el problema haya sido erradicado, porque los pobladores siguen reportando esporádicas balaceras, que sólo presagian nuevos enfrentamientos a corto plazo, mientras la gente se hunde en el pánico.

Para colmo, este lunes en Hermosillo, las viudas de policías caídos en cumplimiento de su deber bloquearon la salida norte, en su enésima protesta porque el gobierno del estado no ha cumplido con el pago de las indemnizaciones de ley.

Dolores Sol Rodríguez, una de las afectadas, fue lapidaria sobre el origen de su protesta:

Se dijo que se iba a resolver en lo inmediato, ya ve que eran muy expeditos, que en tres días iban a solucionar todo, y pues hasta la fecha todo se volvió en un puro ‘jarabe de perico’ y no se ha dado ninguna respuesta”.

La protesta de las viudas: una vergüenza.


Según la información, en total son cerca de 40 mujeres viudas de policías de Sonora, de diferentes corporaciones policiacas, que están exigiendo la repartición de 60 millones de pesos que se han aprobado desde el 2015 a la fecha, antes que se haga el cambio de administración.

¿Tan mal están las finanzas del Estado que ni siquiera se tienen recursos para pagar esos seguros de vida? Y son cuentas que vienen ¡desde el 2015! ¿Qué sensibilidad o qué eficiencia es esa? Definitivamente vergonzoso.

Durazo ha adelantado que uno de sus objetivos inmediatos será reclutar más policías para cubrir el déficit que existe, pero el problema es evidentemente más complejo. ¿Quién en sus cabales aceptará colgarse charola y pistola para enfrentar a maleantes mejor pertrechados, viendo que si los matan sus familias no tendrán ni la garantía mínima de un seguro de vida?

Aun antes de tomar posesión, seguramente Durazo ya ve el tamaño del desastre que le heredarán.

La duda radicará en hasta dónde meterá la lupa, especialmente cuando entre los propios priistas existe el sospechosismo de que Claudia Pavlovich pactó bajo cuerda la entrega de la gubernatura a Morena, un sospechosismo acrecentado por los constantes y cálidos apapachos del propio López Obrador.

No falta mucho para saberlo, estimado lector.

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