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CARRUSEL: De pena ajena, la defensa de la alcaldesa ante diputados * En Morena perdieron al árbitro: Miriam Márquez es 'Chayista'

Por Víctor Fausto Silva D.

Si la estrategia de quienes asesoran a Chayito Quintero era que cayera en el ridículo en sus ansias de pitorrearse de los diputados que llevan su juicio político, lo lograron con creces, porque además se graduó ante ellos como cínica y marrullera.

La alcaldesa: ¡qué clase de asesores!

En eso puede sintetizarse la pretendida comparecencia de la alcaldesa ante la Comisión de Gobernación del Congreso que ventila su juicio, donde nada más le faltó presentar el certificado de algún siquiatra con el diagnóstico de que confunde la gimnasia con la magnesia y cree a pie juntillas que la moral es un árbol que da moras.

Ahora sus asesores no recurrieron al lloriqueo a punto del desmayo que a ella tanto le gusta interpretar: le apostaron mejor a la vil y burda burla, para que argumentara que ni siquiera sabía por qué se le citaba a comparecer.

Vaya: antes no salió con que ¡ni siquiera sabía que es Alcaldesa!

En ese grado de cachaza cayó, ¡y cómo no!, si uno de los primeros escopetazos que recibió en la frustrada comparecencia  fue por qué el Ayuntamiento pagaba boletos de avión para su hijo Irving, cuando éste no trabaja para la comuna.

Con la lumbre en los aparejos a las primeras de cambio, la maestra optó por enconcharse y fingir demencia, al grado de decir que ni siquiera sabía por qué estaba citada, y que–por supuesto- tampoco tenía a la mano información ni sobre ese asunto ni sobre cualquier otro que se le preguntara.

No les daría ni la hora, pues, por abusivos y encajosos.

Le faltó decir que de pura casualidad, en la sala de su casa estaba encendida una computadora con cámara, oyó que la nombraban unos sujetos (y sujetas, diría Fox) malencachados  y también de pura casualidad se asomó al aparato a curiosear, pensando que transmitían  “Betty la fea”, pero ya de eso a enterarse que estaban por juzgarla, ¡nones!

Y menos que de buenas a primeras le embarraran al retoño, su alter ego, inatacable cuando tantos méritos tiene, como que le salió un hacha para los negocios.

Lo malo fue que el propio presidente de la Comisión, Jesús Alonso Montes Piña, le echó abajo tan burda defensa, al recordarle que en su expediente aparecen promociones firmadas por ella, como para que ahora salga con que a Chuchita le bolsearon hasta la memoria y ya no sabe ni qué día es.

Montes Piña: abusivos y encajosos

Repentinamente también, Chayito Quintero “olvidó” el circo mediático que armó meses atrás a las afueras del Congreso en Hermosillo, a donde llevó cajas y más cajas de documentación que según ella probaba su inocencia.

Si su asesor jurídico Abel Merino le recomendó fingir amnesia y demencia, en todo caso le faltó borrar también las fotos y los videos de ese “pancho” que siguen circulando en internet.

Fue, pues, burdo, torpe e infantil hacerla pasar por tonta y desmemoriada ante los legisladores, que ahora sí tienen el cuadro completo sobre a quién están enfrentando. Un saco de mañas y marrullerías, muy alejada de la honestidad yverticalidad que tanto pregona.

A Merino le hubiera funcionado mejor que la señora se sostuviera en su balandrona frase favorita y se las soltara de sopetón a Montes Piña y los demás diputados: “¡A mí me la...cuchiplanchan, cabrones”!

Se hubiera visto más auténtica y natural, más como es. No como falsamente ingenua y tonta, porque con esa careta no engaña a nadie.

En fin: ya tienen más material los diputados para medirle la calidad moral.

Además, si la señora es inocente y sus asesores jurídicos presumen de que se comen la lumbre a puños de tan eficientes, ¿qué necesidad tienen de traerla en tan vergonzosos y ridículos desfiguros?

Total, de pena ajena la defensa.

(Dicen que a Merino ya le duele el estómago de tanto que se ha carcajeado, pitorreándose tanto de los diputados como de la alcaldesa, que se pliega a ejecutar cualquier papel, incluido el muy lamentable de tontorrona, con tal de salvar el pellejo).

LOS PERROS DE AFUERA...

La que sorprendió a propios y extraños (obviamente más a los propios) fue la dirigente de Morena en Navojoa, Miriam Márquez, a quien sólo le faltó entregarle las llaves del partido a Chayito Quintero y nombrarla heroína de la 4T o alguna zarandaja de ésas, porque prácticamente se le puso de tapete.

Miriam Márquez: ¿amarrando hueso?

El pretexto fue descalificar el deslinde del síndico municipal Guillermo Ruiz Campoy, quien se negó de plano a seguir tocando en la sinfonía de corrupción y desgarriate de la alcaldesa.

Para doña Miriam, que antes marcaba la raya con Chayito Quintero, todo se debe (incluído el juicio político) a intereses electoreros, en los cuales sutilmente involucró a Ruiz Campoy, tachándolo de paso de novato, si no es que de ingenuo en estas lides, como si ella tuviera doctorados en política de altura, no lacayuna ni oportunista como se olisquea en su intempestivo cambio de criterio sobre lo que antes criticaba y hoy defiende y justifica.

Su nueva postura no hará sino profundizar la crisis dentro de Morena, entre los militantes originales que buscan rescatar al partido de manos de los advenedizos que lo tomaron por asalto, y de éstos (como la alcaldesa) que se treparon sólo porque vieron la oportunidad en bandeja de plata y por supuesto, quieren seguir succionando la ubre.

Esos titubeos y bandazos son los que hacen recelar a la militancia genuina sobre arreglos en lo oscurito, especialmente ahora que el nopal nuevamente tendrá tunas.

Véase si no en antecedente más próximo, cuando la misma Miriam Márquez enlistó a Ruiz Campoy entre los posibles candidatos a la alcaldía, y ahora le suelta abiertamente el artero sopapo.

¿Acaso será porque, como ya vuela la versión entre los Morenistas, uno de los pretensos le ofreció a doña Miriam la sindicatura municipal?

De ser así, vale más que en Morena vayan agarrando piedras, especialmente quienes aspiran a buscar un cargo de elección, porque entonces les habrán comprado al árbitro, y así ningún juego es parejo.

En cuanto al súbito cambio de criterio respecto a la alcaldesa, de la que antes renegaba (por aquello de la quemada) haciendo el deslinde de que era emanada del PES, no de Morena, y que hoy defiende, entre los Morenistas circula ya el atinado dicho:

"Los perros de afuera vinieron a correr a los de la casa".

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