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CARRUSEL: Ya fregamos paleta con “La Nueva Normalidad”

AMLO: Otra frase para el bronce

Por Víctor Fausto Silva D.

Si usted escuchó el Plan de Reactivación Económica que anunció hoy el Presidente y no le entendió ni jota, no se apene ni se acongoje: usted es parte del 99.9 por ciento de los mexicanos que no le halló pies ni cabeza.

Entre López Obrador, el zar anticoronavirus Hugo López Gatell y la Secretaria de Economía, se encargaron de hilar un verdadero galimatías, coronado con el mexicanísimo consejo del “a’i se la echan” dirigido a los gobernadores, porque aquí, por instrucciones de Su Alteza Serenísima, no se obligará a nadie a seguir el dichoso plan.

Porque eso sí: el máximo guía moral aprovechó la tribuna -¡qué caray: para eso se la ponen!- para soltar una de sus frases para que sus lambiscones se la fundan en bronce:

“Estamos en un momento estelar de la democracia: nada por la fuerza; todo por la razón y el derecho”, lo que seguramente provocó desmayos en presidentes de otros países que nomás no hallan la puerta ante la pandemia del coronavirus, siendo tan fácil: hay que seguir nadando de muertito y que cada quien arree a como le entienda.

Y como aquí todo es inédito e histórico –diría la alcaldesa navojoense Chayito Quintero- y el suyo no es un simple gobierno sino una Transformación, la pandemia y su sabiduría nos están dejando también nuevas enseñanzas y denominaciones.

En lo económico y por decreto de El que todo lo Sabe, en vez de crecimiento se debe hablar de “desarrollo” y en vez de Producto Interno Bruto se debe hablar de “bienestar”. “En vez de lo material, debemos pensar en lo espiritual”, dijo, lo que seguramente volvió locos de contento a quienes no tienen ni para comprar un mísero kilo de tortillas.

“Bienaventurados los pobres, porque de ellos será el reino de los cielos” o “No sólo de pan vive el hombre”, diría Jesucristo, que ya quedó como imberbe novato frente a San Andrés de Macuspana.

López Gatell: El engrudo hecho bolas
En cuanto a la pandemia y para meternos libras de aire, López Obrador dice que ya no volveremos a la normalidad como la conocimos, sino a “La Nueva Normalidad”, y aquellas localidades donde el bicho ha pasado sin hacer estragos ya no serán cualquier municipio, sino “Municipios de La Esperanza”. ¡Tómala!

Todo rechinando de éxito y de limpio, pues, méritos ooobviamente atribuibles a la 4T.

Con ese verbo florido adornó el Presidente el enredo de la reactivación…que al final de cuentas dejó en manos de quienes gobiernan 15 estados y 269 municipios, en una primera etapa del 18 al 31 de mayo, porque ya dijo que ninguna medida es obligatoria.

Lo novedoso es la apertura en sectores ahora reclasificados como esenciales: construcción, minería y “fabricación de transportes”, un eufemismo para la industria automotriz, usado quizá para no verse -¿otra vez?- como agachados y serviles ante el gobierno gringo, que tiene rato presionando por su apertura. Con el nuevo disfraz, pasará como decisión soberana de México. ¡Mjú!

Hasta aquí sonaba todo más o menos congruente, pero luego entraron la Secretaria de Economía y López Gatell a batir el engrudo.

Pues sí, pero no…

La señora Graciela Márquez Colín nos dijo que al primero de junio se abrirán “todas las actividades laborales, esenciales y no esenciales, sin restricción” y en cuanto a las sociales se incluirán templos, museos, cines, teatros y restaurantes “pero de manera reducida”.

¿Quién fijará la reducción? En los cines o en las iglesias, por ejemplo, decidirán el cupo los boleteros o los sacristanes, respectivamente? ¿O entrará de golpe la modernización –ya ve usted que será La Nueva Normalidad- y para ir a misa se apartarán entradas y bancas via Facebook o Whatsapp? ¿Funcionará igual para los restaurantes?

Bueno, dirá usted: eso ya le tocará definirlo a estados y municipios, y sonará todo lo lógico que guste y mande, pero luego apareció nuestro rockstar López Gatell con sus grafiquitas acalambradoras para advertir que con la pandemia encima, Sonora “está en semáforo amarillo, con tendencia al alza” en los casos, lo que aquí ha venido machacándonos a diario el titular de Salud, Enrique Clausen, que todavía no le encuentra ni lo chato ni lo plano a la famosa curva de contagios.

Los números chocan con las campanas al vuelo, pues según Clausen, en los últimos 10 días se han duplicado los casos que se registraban en mes y medio en Sonora.

Entonces, ¿cómo los genios del centro están hablando tan alegremente de abrir cuanto se pueda?

Luego, allá medio alejadito, también se asomó el secretario de educación Esteba Moctezuma, para anunciar que las clases se reanudarán “sólo hasta que el semáforo esté en verde”, cuando semanas atrás hasta fechas precisas daba para meter a los chamacos a las escuelas.

¿Pues quién les entiende?

Jorge Alcocer: Mejor déjenlo dormir
Por si algo faltara, en la mañanera por fin dio señales de vida el Secretario de Salud Jorge Alcocer, pero más le hubiera valido seguir roncando como siempre, porque a la hora de echarle porras a El que todo lo Sabe derrapó gacho cuando dijo “Vayamos a esa nueva mortalidad”, quizá porque lo traicionó el subconsciente.

Ahora se entiende por qué no le confían el informe diario sobre el coronavirus: el pobre ya hubiera matado a medio país. ¿Para qué lo despiertan, si ya saben cómo se pone?

En ese maremágnum de enredos parece que nadie quiere quedarse fuera, porque este miércoles en el noticiario matutino de Televisa, la conductora Danielle Dithurbide nos salió con que Sonora tiene sólo 567 casos positivos de coronavirus y apenas ¡29 muertes!, cuando Salud estatal nos reporta 686 casos y 55 defunciones.

Si Televisa se basa en los datos de López Gatell, estamos lucidos.

Lo bueno, estimado lector, es que “Estamos en el momento estelar de la democracia” y en la antesala de inaugurar “La Nueva Normalidad” y “Los Municipios de la Esperanza”.

Ya fregamos paleta.

¿Alguna vez soñó usted con tanta felicidad?

Víctor Fausto Silva Duran
Periodismocomoes@gmail.com

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