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Carrusel: El inepto poeta no se va: Chayito opta por el reciclaje


Tanto fue el cántaro al agua hasta que se rompió: este viernes se conoció que, tras una desastrosa actuación al frente del cargo y lastimosos saldos contra la comuna, deja la Secretaría del Ayuntamiento el nefasto e inepto Jesús Guadalupe Morales Valenzuela.

El documento que hizo oficial su salida circuló igual o más rápido que los bodrios de sus campañas difamatorias en redes sociales. La sola redacción hace ver que no se va por su gusto.

Escueto, lacónico, el poeta ni siquiera argumentó cuestiones de salud o “proyectos personales” –que por lo demás nadie le creería- tal y como estilan demagógicamente los políticos o quienes presumen de serlo, como es el caso, para disfrazar el patadón que reciben.

La parte medular se limita a solicitar al Ayuntamiento que “se apruebe mi renuncia con carácter de irrevocable al cargo de Secretario”.

El calificativo de irrevocable lo usó como adorno innecesario y hasta raya en la chunga. Primero, porque para un suicidio de ese calibre en un escenario de tanta inestabilidad para la alcaldesa y abonado por él mismo, es obvio que aun contra toda su aferrada voluntad, Chayito Quintero lo palomeó previamente.

Y segundo, porque suena a broma de mal gusto aclarar que su decisión es irrevocable, como si alguien en el Cabildo fuera a desgarrarse las vestiduras exigiéndole a gritos que se quede porque sin él la patria se hunde. Al contrario, quizá lo despidan con fiesta de matracas y quemazón de cuetes, como los que él vendía en Etchojoa.

De cualquier manera su salida marca un antes y un después en el actuar de la alcaldesa, que debería ser la primera en felicitarse por el lastre que se quita de encima, porque como lo comentamos aquí, su cerrazón al sostenerlo evidenciaba una relación sadomasquista en lo personal y tóxica para la buena marcha de toda su administración.

En su fuero interno Chayito Quintero podrá andar ahogada en llanto, pero hipotéticamente hablando, hacia fuera manda una señal positiva de que por fin puede reencausar y relanzar su gobierno…si es que tiene la honesta intención de hacerlo y no sólo fingir movimientos para que todo siga igual.

Aquí es donde aparecen los asteriscos, sobre todo considerando que Morales Valenzuela no sale del organigrama: pasará a ocupar la jefatura de la oficina presidencial.

Y si desde la Secretaría del Ayuntamiento fue capaz de atarantar a la maestra acelerándola hasta para buscar la gubernatura, ¿qué no hará ahora soplándole al oído más cerquita, mientras le sirve cafecito y galletas y le bolea las chanclas?
Francisco Rodríguez Varela: ¿Se dejará mangonear?

¿Relevo o marioneta?

A la par de que se anunciara la salida de Morales Valenzuela, también se filtró el nombre de quien habrá de relevarlo: Francisco Rodríguez Varela, quien ha venido desempeñándose como Jefe de la Oficina de la Presidencia Municipal.

Se supone que este sábado su nombre será sometido a consideración del Cabildo, donde no se ve que pudiera tener oposición, primero porque seguramente los regidores le darán el beneficio de la duda y luego porque ya sin el infumable escribano, el que llegue es ganancia.

Previo al cargo que hasta hoy ha ostentado, a Rodríguez Varela no se le conoce experiencia política a esos niveles, por lo que cabría preguntarse no sólo si tendrá la capacidad de salir adelante, sino de demostrar carácter, estilo propio y firmeza para eludir el mangoneo que seguramente buscará ejercer sobre él Morales Valenzuela, que – está comprobadísimo- siempre tendrá la automática bendición de la alcaldesa.

Eso, sin contar con que la responsabilidad será mucho mayor y requerirá de tiempo completo, y a simple vista no se ve cómo podrá compaginar con ese cargo sus actuales tareas como catedrático en la Universidad de Sonora y en la Universidad Estatal (UES). A menos que no duerma o salga tan irresponsable como el poeta, que abdicó de sus funciones para andar de vil lambiscón tomándole videos a la alcaldesa.

No es enchílame otra torta la tarea que Rodríguez Varela estaría por asumir si obtiene el aval del Cabildo este sábado, pues aún cuando llegara cargado de buenas intenciones habrá de enfrentar además otros intereses, más allá de la buena marcha interna de la administración.

Entre ellos, el manejo de un presupuesto de 12 millones de pesos que Chayito Quintero puso a disposición de Morales Valenzuela para este año, y que no pocos interpretan como la caja chica o el cochinito para sustentar ambiciones políticas rumbo al 2021.

Es una bolsa nada despreciable, como para aplicar aquí la vieja enseñanza de los porcicultores: ¿cuándo se ha visto que un cochi suelte una mazorca? Y menos cuando el cochi no ha sido sacrificado, sino reacomodado.

Por eso le digo, estimado lector, que el reciclaje de funcionarios viene con asteriscos…

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