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Carrusel: Con el racho ardiendo, Chayito busca pleito con la Gobernadora

Chayito Quintero: Quiere “negociar” a batazos
No valen luchas, como decían los viejos del pueblo: no se ve cómo podría la alcaldesa Chayito Quintero arreglar un conflicto si en vez de eso busca abrir nuevos frentes de batalla, como si no tuviera ya el rancho ardiendo,

Claudia Pavlovich: Le endosaron el desgarriate
Ahora le gustaron la gobernadora Claudia Pavlovich y su gobierno para culparlos de tener “mano negra” metida en el problema de los sindicalizados de Oomapasn.

Este lunes en rueda de prensa –le encantan los reflectores- la alcaldesa arremetió contra la mandataria y prácticamente le endosó el desgarriate fruto de su ineptitud, reclamándole de forma nada sutil que tiene abandonado a Navojoa.

A su cantaleta que repite como mantra de que recibió una ciudad destrozada y sin recursos, sumó ahora la acusación de que la Gobernadora le tiene retenidos una serie de proyectos de inversión –seguramente maravillosos- porque de plano “no está volteando a ver a Navojoa”, un desdén que según ella será patente de nuevo este martes, porque según ella Claudia Pavlovich visitaría el municipio pero de última hora decidió saltárselo, para centrar su gira de trabajo en Huatabampo y Etchojoa.

Llama la atención que hasta ahora denuncie la maestra tal abandono, cuando siendo tan aficionada a publicitar sus logros y viajes a la capital del país en gestiones cuyos resultados nadie ve, nunca se ha sabido que haya solicitado siquiera una audiencia con ella en Hermosillo. O vaya, al menos con el Secretario de Gobierno Miguel Pompa Corella.

Ahora aprovechó el zipizape que se carga con el sindicato da Oomapasn para echarlos en el mismo saco, con el agravante de acusar al gobierno estatal de tener metidas las manos para desestabilizar a su gobierno.

Suena incongruente su postura, cuando inicialmente le cayó de perlas que el Secretario del Trabajo Horacio Valenzuela Ibarra garroteara al sindicato que dirige Orlando Lara, declarándole improcedente la huelga programada.

A la dama nada más le faltó hacer fiesta rodeada de sus jilgueros, porque como comentamos aquí, la desaseada actuación del funcionario estatal dejó en la indefensión a los sindicalizados y a ella le cayó como anillo al dedo para despedir al dirigente sindical. Ella y sus asesores se fueron por la libre, interpretando el fallo de Horacio Valenzuela como la tácita bendición del Estado para barrer con el sindicato.

Lo que no esperaban, ni Valenzuela Ibarra ni ella, es que el garrotazo contra Lara y su gente terminaría convirtiéndose en garrotazo a un panal de avispas, que ahora mal capotea la maestra.

Ya que el conflicto escaló, dicho funcionario quiso mediar como amable componedor, sólo para que Chayito Quintero lo mandara por un tubo, como manda a cualquiera que no la lisonjee y le diga que siempre posee la verdad absoluta.

Tarde le cayó el veinte a Horacio Valenzuela –o tarde le dijeron desde arriba que la regó- cuando bien pudo evitar todo este sainete sofocando el problema en la mesa de avenimiento, de conciliación y arbitraje, incluso leyéndoles la cartilla a ambas partes para que depusieran los ánimos belicosos, se pusieran de acuerdo y todo mundo se fuera a trabajar en lo suyo.

En vez de eso soltó el palo y ahora el gobierno del estado hasta cosecha la ingratitud de la alcaldesa en vez de darle las gracias, porque marrullera y arbitrariamente la Junta de Conciliación falló a favor del ayuntamiento y a la alcaldesa se le llenó la boca diciendo que se había aplicado correctamente la ley.

¿Cuál congruencia de la señora, si ahora los acusa de estar metiendo la mano y azuzando el conflicto?

La Gobernadora no fue la única raspada en la catarsis de la alcaldesa este lunes, porque para todos tuvo: regidores, líderes sociales, el sindicato, los ex alcaldes, sus críticos y detractores. En fin, parecía regadera de recriminaciones, con dos que tres frases para la inmortalidad.

Entre ellas, la de que está trabajando “a brazo partido para responderle la gente” y volvió a repetir su mejor “charra” del trienio: “Nada ni nadie por encima de la ley”.

Sin embargo, la que se llevó los aplausos del respetable – seguramente acuñada por el poeta Jesús Guadalupe Morales-, es la que dedicó a los regidores para recordarles que también son parte de su gobierno: “Y si la historia me va a juzgar a mí, también los juzgará a ellos”. Obviamente, el Octavio Paz de Petatiux se vio estremecido de emoción y al borde de las lágrimas.

Lo que no dice y que seguramente también consignará doña Historia es la forma en que ella sepulta su carrera política, por su soberbia y por su asombrosa capacidad para rodearse de lambiscones e ineptos.

No se ve como, pues, alguien supuestamente interesado en resolver un problema insiste en cerrarse a piedra y lodo desdeñando a cuantos se han ofrece a mediar, porque la señora ya mandó a freír espárragos a las diputadas Griselda Soto y Ernestina Castro, a Horacio Valenzuela e incluso al subdelegado de Gobernación, Servando Flores Castelo.

Eso sí, de dientes para afuera insistió en que está abierta a dialogar, algo extraño cuando ya desconoció como interlocutor al dirigente sindical y cuando por la espalda asoma el garrote de la represión, recordando a los trabajadores que están en riesgo de ser blanco de un despido masivo. Bonita forma de negociar la suya, con un bat en la mano.

Seguramente cuando cometa tal atrocidad -porque para allá va-esperará el aplauso y la palomeada de Horacio Valenzuela, pues de lo contrario volverá a cargar contra la Gobernadora, que ya le gustó para “sayo” y a la que francamente no visualizamos agarrada de las greñas y tirando moquetes en pleitos de callejón, como los que le encantan a la alcaldesa.

(A la mejor ya le había cantado el “tiro” ahora que se la topó en el Festival Ortiz Tirado en Álamos, que además era una valiosa oportunidad para hacerle cara a cara los reclamos, ¿qué no?)

El riesgo de tomar las calles

Por cierto, y a propósito del jactancioso anuncio de Chayito Quintero de que sus fans están organizando “una megamarcha” de apoyo a su gobierno, sus asesores deberían verse en el espejo de sus opositores y en su propia experiencia anterior, cuando según ellos programaron un acto multitudinario que resultó en sonoro fiasco, con todo y el acarreo.

No es cosa fácil eso de tomar las calles y seguramente lo comprobaron este domingo Orlando Lara y quienes se le sumaron hasta portando chalequitos verdes muy Fifís, porque finalmente la manifestación terminó como el parto de los montes, pariendo un ratoncito.

Decimos que no es cosa fácil la protesta callejera, porque está más que comprobado que incluso con el hartazgo al cuello es difícil que la gente salga de sus casas, si antes no fue suficientemente adoctrinada y convencida. La gente es muy pragmática: va y vota, y si los elegidos resultan un fracaso, esperan a la siguiente votación para cambiar de marca, pero de eso a soltar cacerolazos en la calle hay buen trecho, especialmente si los móviles son políticos. Da flojera, pues.

Ahora la alcaldesa sale con que la “megamarcha” para defenderla está siendo organizada por los propios vecinos de colonias y comunidades (mjú, ándale pues), algo que ni ella se lo cree pero que seguramente ya le metió el poeta entre ceja y ceja, mientras afina los detalles para el consabido acarreo y la repartición de tortas, “con muuuucha mayonesa”, como dijo relamiéndose una doña “transportada” en la anterior.

Ernestina Castro: De lo rescatable
En cuanto a la de los opositores, famélica para ser objetivos, quizá lo más rescatable fue la presencia de la diputada Ernestina Castro Valenzuela, coordinadora de la bancada de Morena en el Congreso del Estado, que cumplió en los hechos su promesa de respaldar la lucha del sindicato de Oomapasn y de impulsar además el juicio político contra la alcaldesa.

De ahí en fuera, personajes y membretes quedaron a deber…

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